El amor se vuelve peligroso cuando te enamoras de la persona que más te odia, porque tus sentimientos quedan expuestos a su completa manipulación. La línea que divide al amor y el odio es bastante estrecha, y nuestras protagonistas danzan sobre ella...
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Sábado 8 de Diciembre, 2018 (mañana)
Las madres de Adora despertaron temprano como siempre para salir a hacer su rutina de ejercicio familiar. Tocaron despacio la puerta, lo suficiente para que su hija despertara; por suerte Catra seguía descansando. La rubia se apresuró a salir de la habitación, cerrando la puerta detrás de ella.
- Hey, buenos días. -Bostezó aún con sueño la chica.-
- Buenos días cariño.
- ¿Queríamos saber si vendrás de todas formas con nosotras? -Preguntó Hope y trató de asomarse por la puerta.- Tal vez tu amiga quiera venir también.
- No, no. -Empujó un poco a su madre para que se alejara de la puerta.- No todas las personas disfrutan de levantarse temprano un sábado y hacer ejercicio. -Hablaba despacio, susurrando para no despertar a Catra.- Además, no está pasando por un buen momento. -Miro de reojo la puerta.- Me quedaré aquí con ella.
- Está bien, nos veremos en un par de horas entonces. -Mara besó la frente de su hija y Hope se despidió también.-
Adora volvió a asomarse a la habitación para ver cómo Catra seguía durmiendo, sonrió y se dirigió a la cocina para preparar el desayuno de ambas.
Al rato, Catra despertó por su cuenta y buscó a Adora al no verla junto a ella. La encontró en la cocina y ambas tomaron desayuno. Después de comer, la dueña de casa le ofrece a su invitada ducharse y ella con timidez acepta.
Catra salió del baño ya vestida y con el cabello mojado, Adora estaba con su teléfono en su cama junto a la toalla que iba a usar.
- Oh, ya estás lista. -Dejó su teléfono a un lado.- Ahora iré yo, no me tardo. -Adora se levantó de la cama e iba a tomar la toalla.-
- Espera.
Catra tomó su muñeca para detenerla y la chica volteó a verla curiosa. Eran raras las veces en que Catra iniciaba el contacto físico. Más se confundió al ver que no decía nada, parecía dudar en su cabeza, hasta que finalmente la abrazó con fuerza. Adora se sonrojó un poco, no sabía qué estaba pasando, pero no tardó en abrazarla también y acurrucarse en su hombro.
- ¿Todo bien?
Se atrevió a preguntar después de unos segundos al ver que no la soltaba ni decía nada. No le molestaba para nada, pero sabía que no era normal en la castaña.
- Sí. -Tenía el mentón apoyado en su hombro.- Sólo quería decir gracias, por todo. -No podía decirle eso mirándola a la cara.-
- Está bien. -La separa para verla a esos ojos que tanto le encantaban.- No tienes nada que agradecer.
- Siento que te debo mucho y no sé cómo pagarte. -Desvió la mirada.-
- No digas tonterías, no me debes nada. -Con una mano acarició su cabeza mientras le sonreía con los ojos cerrados.- Uno no ayuda a las personas para recibir algo a cambio. -Abrió sus ojos cuando Catra se separó del abrazo. Al no recibir respuesta, prosiguió.- Ahora iré a ducharme, ¿Sí? -Se acercó a tomar su toalla y empezó a salir de la habitación.- Después podríamos ver una película si quieres. -Catra sonrió débilmente ante la propuesta y Adora se fue.-
