Capítulo 13🌸

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20: 48 pm

Lunes 21 de junio

Pabellón del instituto de Morioh, Japón

Pabellón del instituto de Morioh, Japón

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Y no de una cualquiera. Sabría reconocer el comienzo a pizzicato de esa balada, una versión preciosa de los Red Hot Chilli Peppers, incluso estando a kilómetros del altavoz que proyecta con tanta intensidad la melodía.

-¡AKIRA!

Imposible no gritar de la emoción

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Imposible no gritar de la emoción. Rohan no lo entendería, claro. Pese a sus intentos por impedirlo, me escabullo con rapidez, esforzándome por encontrar un hueco todavía más próximo al cantante. La iluminación violeta sobre su figura resalta la amplia gama de tonalidades de su vestimenta. Sin embargo, no es al escuchar su potente y quebrada voz pronunciando los primeros versos de la canción cuando las piernas comienzan a temblarme.

-¿Qué? ¿Te gusta el regalito o no?

-Te has superado, Yukako -sonrío, abrazándola con fuerza. No sé ni cómo se las ha apañado para convencer al cantautor de hacer su aparición en un acto tan sencillo como lo es este en comparación con los muchos que frecuenta.

-Sabía lo mucho que te gustaba, así que aquí lo tienes. ¿Por qué no pruebas a pedirle un autógrafo después?

Eso haré, sin duda. Disfrutando del amplio repertorio de canciones que ofrece para la noche, apenas me doy de una mano apretando mi cintura con suavidad. Me tranquiliza comprobar que es Okuyasu.

-¿Bailamos?

-¿E-eh? -parece confundido.

-Que si bailamos -repito, más fuerte todavía.

-Pero yo... Yo no...

-No te preocupes, yo tampoco sé, y menos con este tipo de música. Algo se nos ocurrirá.

Más relajado, me toma de la mano y me atrae hacia él.

-¿Acabas de dar por hecho que no sé? -una sonrisa maliciosa se dibuja en sus labios.

-Eres un brusco -me río, en broma, escondiendo mi rostro en la curva de su cuello.

Entonces da lugar a una situación que no podría haber sido menos inesperada: sin avisar, me levanta en el aire con la facilidad de las anteriores veces y a mí casi me da un ataque de la vergüenza. Para evitar caer y empujar a algún desconocido o darme de bruces con su pecho, envuelvo mis piernas alrededor de sus caderas y más o menos consigo mantenerme estable. El resultado: un numerito fácil de malinterpretar. Tanto, que incluso la propia guitarra de Akira deja escapar alguna nota desafinada, dando así por finalizada su pieza musical. Un único sonido audible, el de la tela de mi propio vestido rasgándose, es ahora la última de mis preocupaciones. Y lo mismo digo de Okuyasu tragando saliva y colocando la mano en mi muslo, intentando cubrirlo.

-¿Eso ha sido...?

Sí. Me he cargado la mejor prenda que tenía en mi armario, pero el tiempo ya parecía haberse detenido mucho antes de eso, cuando él y yo habíamos sonreído a la vez bajo el bonito alumbrado de un evento tan memorable. Irónico centrar toda tu atención en la mirada de un único chico, teniendo ahora tantos ojos sobre ti. Una mirada cargada de preocupación, y solo calmada con la risa. Empieza siendo leve, pero se va intensificando conforme mi mente va asimilando las circunstancias. Él también se ríe. Poco a poco, todo vuelve a la normalidad. Se nos unen más carcajadas y Akira recupera la posición para seguir tocando. Todavía cargándome, me lleva hacia la salida, y hay quienes se apartan para abrirnos el paso. Entre ellos... Josuke. Tengo la impresión de que está algo desanimado, pero... No puedo detenerme a verificarlo.

-Qué acaba de... -ya alejados del resto, sellamos lo sucedido con un beso fugaz que interrumpe mis propias palabras.

Con delicadeza me separo de él e inspecciono el descosido del atuendo, acompañados en todo momento de la melodía que sigue llegando hasta nosotros como un eco amortiguado por las paredes del pabellón.

-Bueno... -al comprobar que solo ocupa la longitud del muslo, dejo escapar un suspiro despreocupado:- Tiene su arreglo. No cambiaría nada de lo que ha pasado ahí dentro.

-Yo tampoco. (T/N)... Tenerte frente a mí, con lo bonita que estás cuando... Sonríes... Y-yo...

Luchando por encontrar las palabras adecuadas, Okuyasu se encoge de hombros, rojo. También sonrojada, todo cuanto puedo hacer es rodearlo con mis brazos e insistirle en lo mutuo que es el sentimiento. Poco después, se quita la chaqueta y la desliza sobre mí. Bueno, no sobre mis hombros.

-Así bastará. Ahora se disimula mejor, pero ten cuidado al andar. La abertura podría agrandarse.

-¿Estás seguro de que no tendrás frío?

-Estoy bien si tú lo estás. Ya me he acalorado bastante.

Y se pone aún más colorado, si es que eso es posible. Me giro, camuflando una involuntaria risa, y de ese modo evitando también que mis ojos me traicionen con alguna mirada indiscreta.

-E-ejem... Quiero decir... -se corrige- ¿Te apetece regresar a la fiesta?

-Por supuesto.

Acaricia mi cabeza y me susurra:

-Voy un momento al baño, ¿me esperas?

-Sí, estaré cerca de las mesas de los dulces.

Asiente y yo avanzo en la dirección opuesta, sin poder imaginar lo que me esperaría apenas unos segundos después.

Corazón Acelerado - Okuyasu x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora