Capítulo 14🌸

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21: 30 pm

Lunes 21 de junio

Pabellón del instituto de Morioh, Japón

Pov: (T/N)

-¡Yo a ti te mato!

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-¡Yo a ti te mato!

La simultánea advertencia de Yukako y mi padre es lo primero con lo que me encuentro tras regresar a la celebración, y mira que había cosas con las que cruzarse. Esto no puede estar pasando...

Entre ellos se miran, como si estuvieran decidiendo quién debería intervenir antes. Ante la posibilidad de hacerlo primero, ella toma el turno de palabra:

-¿Me vas a explicar a dónde han ido a parar todos nuestros esfuerzos por dar con la indumentaria adecuada para ti? ¿Todos esos sacrificios que hemos hecho descartando faldas y vestidos más cómodos en lo que a moverse respecta? Dejaste bien claro que querías el más elegante y ahora está estropeado porque no solo has decidido bailar, sino también despatarrarte.

El enfado de papá va creciendo conforme continúa hablando, así que la silencio con una cara de pánico.

-Tu amiga tiene razón -frunce el ceño y examina la chaqueta alrededor de mi cintura-. Por el amor de Dios, espero que ese chico no sea quien creo que es. Porque como lo sea, tú y to tendremos mucho de lo que hablar.

Respiro hondo ante la incapacidad de ocultar lo ya descubierto, y solo entonces me justifico:

-¿Y qué si se trata de él? La gente cambia, y ya te digo yo que Okuyasu ahora es dulce y cariñoso, nada que ver con ese rebelde que en un momento dado pudo haber sido.

Yukako se aleja a pasos cortos, comprendiendo que la orientación que toma la conversación ya no va con ella. Entonces, justo cuando la perdemos entre el resto de la gente, una tercera voz se nos une.

-Su hija tiene razón. ¿Qué va a saber usted si lleva tanto tiempo fuera?

Miro en todas direcciones, en busca de la persona de la que se trata, hasta que encuentro unos únicos ojos que ya estaban fijos en mi padre desde hacía un buen rato. Unos ojos azules. Retrocedo de forma casi maquinal al captar el mensaje que con esa intervención me quiere hacer llegar: su disposición a meterse donde no le llaman por creer que yo también lo hice cuando se me presentó esa oportunidad.

-Yoshikage Kira -prosigue conforme se nos va acercando, abriéndose paso con autoridad:- Profesor de anatomía.

Estrechan las manos formalmente, lo que en un principio aparenta calmar la avinagrada expresión de papá.

-Solo quiero proteger a mi hija, así que agradecería que se estuviera quietecita, no me diera más disgustos y se alejara de él. Después podré irme tranquilo.

-Oh, le aseguro que está en buenas manos, caballero -suena como si quisiera corroborar conmigo para después volver a acusarme de entrometida, aunque la mejor decisión que tomo es la de no interrumpir:- Al fin y al cabo, ambos han adquirido los mejores rasgos de sus progenitores. Sobre todo ella, con esa esencia tan similar a la de la señorita Yamamoto. Dele recuerdos de mi parte, si es tan amable.

De verdad tenía la esperanza de que sus palabras calaran en mi padre, que lo hiciesen valorar su consejo y reflexionar una nueva decisión. Pero claro, el hecho de mencionar a mamá en la conversación no solo ha resultado ser un gesto torpe y desafortunado, sino también delator. Me hace preguntarme si de verdad han compartido un pasado juntos en algún punto culminante de sus vidas, del que no hay datos suficientes como para tener conocimiento pleno de ello. Más allá de eso, papá solo se gira para mirarme, recuperando la expresión severa.

-Ya, bueno... Qué le vamos a hacer. Sigo sin fiarme del muchacho, y mira que lo he intentado. No me gusta que los tipos así se le acerquen -entrecierra los ojos, no sé si refiriéndose esta vez a Okuyasu y a mí o al propio Kira y a mamá.

-(T/N) lo ha influenciado para bien. Y no se inquiete, encontrará la oportunidad de hablar con él si usted así lo desea.

-Ya lo he decidido –le interrumpe y me dice:- No te volverás a acercar a él. Te va a traer muchos problemas, y no te conviene ahora que debes centrarte en los estudios.

Frunzo el ceño en un intento por calmar mi frustración, el cual ha fallado al instante. Kira debe de estar sintiendo una lástima por mí increíble, aunque eso ahora es lo de menos. Pena, compasión, entretenimiento. Qué más da. Me alejo de ellos y en tiempo récord detecto a Okuyasu, que está sentado frente a la mesa repleta de preparativos donde habíamos acordado vernos. Vale, a ver cómo le explico yo esto.

-¿Qué pasa? -me pregunta, con un vaso de ponche en la mano- ¿Ha ocurrido algo?

-Tenemos que hablar. Acabo de cruzarme con mi padre, y...

Venga. Del tirón. Tres, dos, uno...

-Y... Está feliz por mí. Por nosotros.

Me mira con cara de incredulidad y yo le devuelvo la misma mirada sorprendida. No he podido evitarlo. De haberlo hecho, no habría tenido oportunidad de verlo dedicarme una de sus preciosas sonrisas.

-Eso es genial, (T/N). No me he presentado aún, por si...

-¡No, no, no es necesario! -me apresuro, cortándole a mitad de frase- Con decirle que eres tú es más que suficiente, teniendo en cuenta que acaba de llegar a Morioh después de tantos años. No es cuestión de abrumarlo, ya sabes.

-Por supuesto, por supuesto –se frota la nuca, ruborizado-. Puede esperar.

Sin embargo, al final capta sin mucha dificultad que hay algo que no termina de encajar. Algo, por no decir todo lo que le acabo de decir. Sus ojos se entrecierran y se fijan en un punto detrás de nosotros. Solo entonces me preparo para lo peor.

Corazón Acelerado - Okuyasu x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora