Su alrededor estaba en bastante mal estado. Tantos días encerrados en esas paredes ya habían cobrado factura. Había tantas latas de bebidas energizantes que perderían la cuenta, así como bolsas de papas fritas y uno que otro chocolate.
Con pereza se talló los ojos, pues sin querer se había vuelto a dormir sobre el escritorio. En la pantalla se mostraba una alerta de acceso, por lo que rápidamente se puso de pie y comenzó a llamar a sus compañeros.
—¡Despierten!—gritó con efusividad—Mierda, ¡Despierten estúpidos!—las quejas al ser despertados comenzaron a llenar la pequeña habitación.
Cada uno de ellos lo miraban con el ceño fruncido, pues aún no tenían las suficientes horas de sueño como para poder funcionar correctamente. Uno de ellos, al ver al otro con el rostro totalmente pálido, supo que algo estaba pasando.
—¿Qué sucede? ¿por qué nos despiertas?—
—Tengo acceso a las computadoras del gobierno—tan rápido como dijo aquello, todos se pusieron de pie y se acercaron a la pantalla.
Ver aquel anuncio los hizo gritar de emoción, pues habían estado intentando por días poder tener acceso al sistema de la milicia. Estaban a pocos pasos de poder conocer la verdad. Era ese momento donde se dictaría la sentencia.
—Por fin podremos saber qué es lo que realmente pasa—murmuró quien había despertado al resto.
Estaban a unos cuantos clics para poder descubrir lo que estaba pasando con aquellos dos vengadores que eran perseguidos por todos los sistemas de inteligencia del mundo.
No podían creer que ellos, un grupo universitario, había podido falsificar todas las seguridades del gobierno y ahora tenían acceso a todos los documentos que escondían los trapos sucios de la milicia.
—Ya presiónalo—espetó otro de sus amigos con emoción.
Los cinco temblaban ante la adrenalina del momento. Tenían que apresurarse antes de que lograran detectar la invasión a su sistema, por lo que, con temor, tomó el mouse de la computadora, y dio clic.
Fue ahí donde sintieron que sus respiraciones se detenían por unos cuantos segundos, pues cientos de archivos comenzaron a presentarse ante ellos. Por fin tenían toda la información que alguna vez soñaron, y ahora era su turno de ayudar a aquellos que lo necesitaban.
—Bien, creo que es hora de que comencemos a leer—espetó con una sonrisa divertida. Por fin era hora de comenzar con el juego.
* * *
El sonido del auto deteniéndose en medio de la nada despierta a Wanda. Había pasado varias horas llorando en el auto, hasta que el cansancio terminó por dormirla. Bucky permanecía en silencio, y simplemente salió del auto. Wanda lo siguió segundos después, no muy segura de entender donde se encontraban.
Caminaron por algunos minutos entre la mata de árboles, hasta que pudo divisar una pequeña cabaña. Ambos se apresuraron a acercarse a ella. Del lateral de la puerta se encontraba un detector de huella, Bucky simplemente puso su dedo índice derecho y el sonido de la puerta abrirse llenó el lugar. Wanda miraba su interior, demasiado deteriorado, pero funcional.
—¿Qué es este lugar?—preguntó con curiosidad. Bucky la miró con una mueca.
—Es una antigua cabaña de HYDRA, la utilizaba cuando estaba de misión—
—¡¿Qué?!—sintió cómo un chispazo le recorría la columna.
No podía creer que Bucky decidiera llevarla a un lugar perteneciente de HYDRA, pues eso solo significaba que les estaba dando su ubicación, y con ello la ubicación de los sueros—entonces no tenemos mucho tiempo—
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Ser valiente es comenzar de cero
FanfictionTras haber ganado la lucha contra Thanos, gran parte del universo obtuvo su vida de regreso, pero nadie pensó en lo que los superhéroes habían perdido. Wanda Maximoff se había quedado prácticamente sola, sin Natasha, sin Steve y, sobre todo, sin Vis...