Capítulo 1

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El sonido de su respiración era lo único que se escuchaba en su departamento. Las pesadillas parecían no tener fin y comenzaban a cobrarle una factura demasiado alta. Las horas sin poder dormir la estaban afectando, y no sabía qué hacer. No había nadie a quien pudiera pedirle ayuda, y eso la hacía sentirse acorralada.

Con el dorso de la mano se limpió el sudor que bajaba por su frente, intentando buscar un poco de tranquilidad. Su respiración poco a poco dejaba de ser agitada, hasta que pudo regresar a la normalidad. La imagen de su sueño se repetía sin parar. Verse a sí misma siendo el verdugo de todos sus ex compañeros la hacía temblar. La mayoría de sus pesadillas estaban ligadas a Thanos, pues sentía demasiada culpa al no haberlo destruido antes de que atacara a los demás.

Todas las personas que no estaban en contacto con ellos pensaban que ella habría logrado deshacerse de Thanos si este no hubiera dado la orden de disparar, y el pensar en esa posibilidad le revolvía el estómago. Imaginar que si hubiera acabado con él, lo más probable era que Stark no hubiera necesitado dar el chasquido nuevamente, por lo que no habría muerto. Creía que su sed de venganza por la muerte de Visión había tenido más consecuencias que beneficios.

Se levantó de la cama y caminó hasta el baño, y en un intento por dejar de pensar en lo que habría pasado, se lavó el rostro. Al verse en el espejo frente a ella, pudo apreciar las enormes ojeras que cada vez se oscurecían más por la falta de sueño. Se miraba cansada, y realmente lo estaba. Tenía que estar día y noche fingiendo que todo iba bien, cuando en realidad se encontraba en un pozo que poco a poco la iba hundiendo más y más. Todo su ser gritaba con fuerza por ayuda, pero nadie parecía escucharla.

La repentina humedad que sintió en su tobillo la hizo dar un respingo, pero al bajar la mirada se encontró con su pequeño y peludo compañero de vida. Con una sonrisa, tomó al cachorro y caminó de regreso hasta la cama. Estaba por volver a intentar dormir cuando el sonido de su teléfono llamó su atención. En la pantalla estaba el símbolo del gobierno, por lo que se imaginó que se trataba de un nuevo trabajo, así que contestó.

-Buenos días señorita Maximoff- se escuchó del otro lado.

-Hola, ¿qué sucede?-preguntó con pereza.

-Necesitamos que venga a la base militar de Nueva York lo más rápido posible-mencionó el hombre.

-Está bien, voy en camino- tras decir eso, colgó la llamada.

Volvió a recostarse en su cama mientras suspiraba. El reloj no marcaba siquiera las cinco de la mañana, y tenía que moverse hasta la zona militar de Nueva York. Nuevamente se sentó en la orilla de la cama, y con suma pereza se puso de pie, tomó ropa limpia y regresó al baño, pero ahora para darse una ducha rápida. Solo pasaron ocho minutos y ya se encontraba medianamente lista para irse. Secó su cabello y tras bajar al perro de su cama y darle de comer, salió del departamento.

Las luces de Nueva York se encontraban frente a ella poco tiempo después. A pesar de ser demasiado temprano, las calles comenzaban a ser concurridas. En su corto periodo en esa ciudad le fue suficiente para dejarle en claro que no importaba que hora fuera, las calles siempre estarían repleta de personas.

Tras manejar hasta las afueras de la ciudad, por fin se encontraba frente a la zona militar. Al soldado que hacía de guardia solo le bastó verla para darle acceso. Una vez detuvo la marcha del auto, bajó y caminó hasta donde suponía se encontraba el sargento.

En su camino en busca del hombre, todos los soldados que se cruzaban por su camino la miraban, pero ella no podía definir si lo hacían con temor o con respeto. Ella sabía que debido a la naturaleza de sus poderes, era demasiado normal despertar el temor de las personas. A pesar de no querer causar esa reacción en las personas, sabía que todo era por lo sucedido con Thanos. Su enfrentamiento frente a frente con el titan era de conocimiento público, por lo que muchos rápidamente suponían de lo que era capaz.

Ser valiente es comenzar de ceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora