Capítulo 26

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Tras moverse un poco, Bucky abrió los ojos. El sueño aún permanecía con él, pero se estiró un poco, intentando no despertar a Wanda. Wanda. Al girar ligeramente notó que su lugar en la cama se encontraba vacía, por lo que se puso de pie rápidamente.

Al salir de la habitación se encontró con que el sitio se hallaba solo, salvo por él. La angustia comenzó a llenarlo, por lo que inmediatamente regresó a la habitación. Notó que sus cosas no estaban. Tampoco los sueros.

Sintió su sangre helarse al imaginarse cientos de escenarios donde podía estar involucrada. Rápidamente tomó su camisa y pantalones y se vistió. Salió de la cabaña a paso apresurado, encontrándose con el auto aún aparcado fuera. Sin saber qué hacer, volvió a internarse en la cabaña y buscó las llaves, mas en la mesa se encontraba una pequeña hoja, la cual tomó.

Bucky, si has encontrado la carta significa que he logrado salir de la cabaña sin despertarte. Sé que prometiste que encontraríamos juntos a alguien para deshacernos de los sueros, pero no puedo soportarlo más. Necesitamos deshacernos de ellos antes de que el gobierno nos encuentre.

Aquella vez me pediste que no lo hiciera, pero no puedo seguir huyendo. Espero comprendas mi decisión y la aceptes, pues no hay marcha atrás. Intenta demostrar que eres inocente, dile a la prensa lo que realmente sucedió, aún cuando tal vez no crean en tu palabra.

Si preguntan por mí, diles que te he traicionado, que me he llevado los sueros y que seguramente he muerto en el camino.

Hay tantas cosas que quisiera decirte, pero no queda tiempo, te quiero Bucky, y te agradezco por enseñarme lo que se siente ser querida por alguien.

Wanda.

Bucky temblaba de impotencia al terminar de leer la carta. Sabía perfectamente cuál era el plan de Wanda para poder deshacerse de los sueros, y el pensar en ello le alteró los nervios. Pensaba cómo reaccionaría su cuerpo al tener el suero en su sistema, cómo él había sufrido por ello, y ahora parecía que Wanda pasaría por lo mismo.

A paso apresurado salió de la cabaña y entró en el auto. Sentía que todo estaba sucediendo demasiado rápido y no podía sentirse más culpable. Era su culpa que Wanda se sintiera tan desesperada por deshacerse de los sueros a como diera lugar, no había logrado cumplir su palabra de encontrar a alguien que pudiera ayudarlos, él había sido quien la había orillado a tomar una decisión tan arriesgada.

—Mierda—murmuró para si al notar cómo la carretera parecía no tener fin.

Pasaron varias horas, pero Bucky no encontraba por ningún lado un solo rastro que lo llevara hacia Wanda. Aún se encontraban en Canada, y el frio era atroz. imaginársela vagando quien sabe dónde, con el frio que hacía solo le causaba más temor de llegar tarde a donde sea que se encontrara. Tenía que evitar que terminara herida, o peor, muerta.

Bucky seguía manejando por la carretera, pero no había pensado que habría miembros de la milicia por el lugar. Estos al notar el extraño comportamiento del auto apuntaron. Poco le importaba si intentaban atacarlo, lo único que ocupaba su mente en ese momento era encontrar a Wanda.

Con furia, aceleró, con el fin de hacer que los militares se quitaran del camino, pero estos lograron ver quien manejaba, por lo que rápidamente comenzaron una persecución en plena carretera.

Bucky hacía todo lo posible para lograr perderlos, pero ellos estaban demasiado cerca suyo como para poder lograrlo. No fue hasta que una bala impactó contra una de las llantas que el auto comenzó a detenerse. Poco a poco la velocidad iba descendiendo, hasta que quedó varado en la orilla de la carretera.

Ser valiente es comenzar de ceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora