CAPÍTULO 14

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Tn, ahora vestido y con un parche cubriendo su ojo herido, caminaba por los pasillos de la preparatoria de Hechicería. La luz del día se filtraba a través de las ventanas, iluminando el camino que llevaba hacia la entrada del colegio. Mientras avanzaba, su mente se sumergía en un mar de pensamientos, reflexionando sobre todo lo que había sucedido y las decisiones que debía tomar a partir de ahora. Su actitud analítica y serena había regresado, y, aunque su exterior parecía frívolo, en su interior luchaba con un torbellino de emociones y estrategias.

Mientras Tn se dirigía a la salida, una figura familiar se dibujó en su campo de visión. Utahime, a cierta distancia, lo había avistado y, en un intento por acercarse, comenzó a tropezar con sus propios pies, dando pequeños saltos torpes que hacían que pareciera que estaba en una especie de danza descoordinada. La escena era cómica y un tanto absurda, y aunque Tn intentaba mantener su seriedad, no pudo evitar que una sonrisa se asomara a sus labios al ver la torpeza de su amiga.

-¡Tn!- exclamó Utahime, mientras finalmente lograba estabilizarse, aunque no sin un ligero tambaleo. Al llegar a su lado, sus mejillas estaban ligeramente sonrojadas, como si el esfuerzo que había hecho para acercarse a él la hubiera dejado sin aliento. -¡No me digas que ya te vas!-

Tn la miró, la sonrisa aún presente en su rostro. -No, solo estoy saliendo a tomar un poco de aire- respondió con calma, su tono sereno contrastando con la energía nerviosa de Utahime.

-Ah, bueno, es que te veía caminar tan decidido- dijo ella, tratando de recuperar la compostura. -Pensé que estabas huyendo o algo así-.

Tn soltó una risa suave, disfrutando de la ligereza del momento. -No estoy huyendo, Utahime. Solo necesito un poco de espacio para pensar.

Utahime lo miró con preocupación, sus ojos reflejando la preocupación que siempre había tenido por él. -¿Estás seguro de que estás bien?- preguntó, su voz baja y sincera. -No quiero que te sientas presionado por nada.

Él asintió, sintiendo que la calidez de su apoyo era reconfortante. -Lo sé, y aprecio que te preocupes por mí. Pero estoy bien, realmente. Solo necesito un momento para aclarar mi mente.

Mientras caminaban juntos hacia la salida, Tn no pudo evitar preguntarse cómo había cambiado su vida en tan poco tiempo. Las batallas, las pérdidas y las victorias lo habían moldeado, y aunque había cicatrices visibles y sentimientos complicados que llevaría consigo, también había un nuevo sentido de propósito.

Utahime, notando su silencio pensativo, decidió romper la tensión. -Oye, ¿quieres que te acompañe?- sugirió, con una sonrisa traviesa. -Podríamos hacer un concurso de quién se tropieza más. Te apuesto a que gano.

Tn se rió abiertamente, la risa resonando en el pasillo, y por un momento, las nubes oscuras que lo rodeaban parecieron desvanecerse.

Finalmente llegaron a la entrada de la preparatoria, y allí, en medio del bullicio de estudiantes y el sonido de motores, Yuki estaba sentada en su motocicleta, sonriendo al ver a Tn. Su cabello ondeaba ligeramente con la brisa, y su expresión iluminada contrastaba con la seriedad de los momentos anteriores.

-¿Ya te vas?- preguntó Tn, acercándose a ella mientras Utahime se quedaba a un lado, en silencio, observando la escena y recordando que, a diferencia de ella, Tn y Yuki eran dos grados especiales, con una conexión que iba más allá de lo que la mayoría podía entender.

Yuki asintió, su sonrisa un poco melancólica. -Lo lamento, nunca fui buena con las despedidas- admitió, su voz suave pero honesta. Mientras Tn se acercaba más, una sensación de calidez se apoderó del momento, y ambos comenzaron a hablar tranquilamente.

The Sorcerer Of The Evil EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora