CAPÍTULO 18

1.2K 183 14
                                    

La carretera estaba desierta, iluminada solo por la tenue luz de la luna que se filtraba entre las nubes. Tn conducía con cuidado, el sonido suave del motor creando una sinfonía tranquila en la noche. A su lado, Tsumiki dormía plácidamente, su rostro delicadamente recargado en su hombro. Había pasado el día con unas amigas y ahora volvían a casa; su expresión serena le daba a Tn una sensación de calma que contrastaba con los tumultuosos pensamientos que lo atormentaban.

Mientras conducía, su mente se aventuraba hacia recuerdos oscuros. Recordó la primera vez que vio a Megumi, y cómo su rostro lo había transportado instantáneamente a los horrores de su pasado. La imagen de Toji Fushiguro, el asesino de hechiceros, se alzaba en su mente como una sombra aterradora. La rabia y el deseo de venganza habían brotado en su interior, impulsándolo a pensar en matar al niño.

Pero cada vez que esos pensamientos negativos comenzaban a tomar forma, la imagen de Tsumiki aparecía, disipando la oscuridad como un rayo de luz. Ella era una víctima, al igual que él lo había sido cuando su clan fue exterminado y se le trataba como un arma. Tn comprendía el peso que Megumi llevaba sobre sus jóvenes hombros; sabía que, al igual que él, tendría que enfrentarse a un futuro difícil, uno que lo obligaría a volverse fuerte para protegerse.

-Quiero darle a Megumi y a Tsumiki una vida normal- murmuró para sí mismo, con serenidad. -Quiero que tengan la infancia que a mí me fue arrebatada. Aunque el destino de Megumi lo alcance, haré lo posible para que esté preparado. -Continuo pensando.

Mientras sus pensamientos se entrelazaban con la suave brisa de la noche, comenzó a notar que Tsumiki se movía lentamente. Ella parpadeó, abriendo los ojos con pereza, y cuando se dio cuenta de la situación, sonrió débilmente.

-¿Dónde estamos?- preguntó, su voz aún cargada de sueño.

Tn la miró con cariño, sintiendo una calidez que iba más allá del afecto fraternal. -Estamos en camino a casa. Te he estado cuidando- respondió, una sonrisa suave cruzando su rostro.

Tsumiki se estiró un poco, acomodándose mejor en su hombro. En ese instante, Tn se dio cuenta de que su conexión con ella estaba creciendo, y que Tsumiki comenzaba a verlo de una manera diferente. Había algo más en su mirada, algo que denotaba un cambio en su percepción. La chispa de admiración y algo más profundo comenzaba a florecer entre ellos, algo que Tn no podía ignorar.

De repente, su visión agudizada captó un movimiento en la montaña a su lado. Un escalofrío recorrió su espalda cuando vio granadas cayendo desde lo alto, lanzándose hacia el camino. Sin perder un segundo, Tn giró el volante, pero no había tiempo suficiente. Las explosiones resonaron con ferocidad, destrozando el vehículo en un estallido de metal y fuego.

-¡Tsumiki!- gritó Tn, atrapándola en sus brazos justo a tiempo, invocando a Susano. La poderosa forma del espíritu protector se alzó a su alrededor, creando un escudo contra los fragmentos voladores del auto.

El sonido ensordecedor de la explosión se mezcló con el grito aterrador de Tsumiki, mientras Tn la mantenía abrazada, tratando de protegerla de la lluvia de escombros. En medio del caos, sus ojos se llenaron de frialdad; no dejaría que nada le pasara a ella.

Desde una posición elevada, Quanxi observaba la escena con un presentimiento ominoso en su pecho. Su mano se cerró alrededor de la empuñadura de su espada, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda al ver a Tn dentro del Susano, con su ojo rojo brillante girando amenazante en su dirección. En sus brazos yacía Tsumiki, ajena al peligro que se avecinaba.

-Esto no terminará bien- murmuró Quanxi para sí misma, preparándose para el enfrentamiento que se avecinaba, consciente de que la batalla estaba lejos de haber terminado. Las tensiones se acumulaban, y mientras los ecos de la explosión se desvanecían, una nueva lucha estaba a punto de estallar bajo la luz de la luna.

The Sorcerer Of The Evil EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora