CAPÍTULO 3

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Jujutsu Kaisen X Chainsaw Man
Episodio III

El sol apenas empezaba a asomar entre las montañas, derramando una luz dorada sobre los terrenos del templo. Mientras caminaba apresuradamente por los pasillos, mis pensamientos revoloteaban como mariposas inquietas. Sabía que Tn estaba preparándose para salir en una misión importante con Yaeko y Suguru. No quería dejar pasar la oportunidad de verlo antes de que se fuera.

Al llegar al cuarto donde se estaba preparando, me detuve un momento para calmar mi corazón acelerado. Respirando hondo, ajusté mi kimono y alcé la mano para tocar la puerta.

-Tn? -llamé suavemente mientras abría la puerta con cautela.

Dentro, lo vi ajustándose su equipo con esa meticulosidad que siempre mostraba. Sus movimientos eran precisos y seguros, cada acción calculada y eficiente. Mi corazón dio un vuelco al verlo así; su determinación y confianza siempre me inspiraban, aunque también me llenaban de una mezcla de admiración y temor.

-Tn, ¿puedo hablar contigo un momento? -Mis palabras salieron más tímidas de lo que esperaba, casi un susurro.

Él levantó la mirada, sus ojos oscuros atravesándome con esa intensidad característica. Había una frialdad en su mirada, una distancia que sabía era parte de su personalidad. Pero también había algo más, algo que solo yo parecía notar: una chispa de calidez oculta tras ese velo de dureza.

-¿Qué ocurre, Utahime? -Su voz era firme, pero no despectiva. Simplemente directa.

-B-bueno, solo quería desearte suerte en tu misión... y decirte que espero que regreses sano y salvo, -mi voz tembló un poco.- Sé que eres fuerte, pero aún así, me preocupo por ti.

Él volvió a su tarea, aunque noté una pequeña pausa en sus movimientos cuando mencioné mi preocupación.

-Gracias, Utahime. Haremos lo necesario para que todo salga bien, -respondió, sus palabras prácticas y sin promesas vacías. Esa era su manera, siempre enfocado, siempre realista.

Me mordí el labio, tratando de reunir el valor para decir lo que realmente sentía.

-Tn, quiero que sepas que... que siempre estoy aquí para ti, pase lo que pase.

Él se volvió hacia mí, sorprendiendo con una leve suavidad en su mirada. Mi corazón latía con fuerza, esperando una respuesta que no sabía si llegaría. Para mi alivio, se acercó y, sin decir palabra, posó una mano en mi hombro. Sus ojos, tan profundos como la noche, se encontraron con los míos.

-Lo sé, Utahime, -dijo finalmente. Su voz era baja, casi susurrante, y por un momento parecíamos ser los únicos en el mundo.

Antes de que pudiera reaccionar, se inclinó y me dio un beso en la frente, un gesto tan simple pero lleno de significados. Sentí el calor de sus labios, una conexión que me dejó sin aliento. Se apartó lentamente, sus ojos aún fijos en los míos.

-Cuídate, Utahime, -fue lo último que dijo antes de que se diera la vuelta para terminar de prepararse.

Me quedé allí, en la puerta, viendo cómo Tn continuaba con sus preparativos. Mi corazón seguía latiendo fuerte, pero ahora con una nueva y reconfortante calidez. Sabía que debía ser fuerte, no solo por mí misma sino también por él. Porque en ese beso en la frente, sentí la promesa de un regreso seguro.

Cerré la puerta suavemente, dispuesta a esperar con esperanzas y fuerza renovada.

Cuando Tn salió al patio, donde se encontraría con Suguru y Yaeko, el aire todavía tenía el frescor de la mañana. Suguru ya estaba ahí, revisando su equipo con la misma precisión metódica que siempre demostraba. Yaeko, en cambio, parecía desinteresada, pero sus ojos brillaban con una chispa de tensión contenida.

The Sorcerer Of The Evil EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora