La vida era extraña, pensó Tyler mientras se ataba el nudo de su corbata morada.
Un año atrás se había reído de cualquiera que le dijera que él estudiaría su último año en Nunca Más. Un año atrás era un normie idiota que se burlaba de los excluidos. Un año atrás, su lado Hyde seguía dormido y el dolor más grande que había experimentado fue en segundo grado cuando se quebró su brazo izquierdo. Un año atrás no conocía a Laurel ni a Merlina y sus manos no se habían manchado de sangre.
Ahora todo era diferente.
Tyler se colocó su saco a rayas intentando acomodarse en él. Se sentía tan ridículo... y se miraba ridículo, se dijo mirándose en el espejo.
Ahora, Tyler no solo había descubierto que era solamente medio normie, sino que su otra parte era un monstruo enorme que siempre debía someterse a la voluntad de un amo. Que dicho monstruo había estado vetado de la academia hasta ahora y que debía asistir para aprender a controlarlo, mientras buscaba una amo decente que no pensara en utilizarlo como arma letal y le permitiera vivir su vida como a él mejor le pareciera.
Ahora era un distinguido alumno de Nunca Más...
– ¿Qué tanto te ves? La cara de idiota no cambiara.
Xavier le lanzó una mirada envenenada antes de salir de la habitación.
Si, ahora Tyler debía compartir habitación con nada más y nada menos que Xavier Thorpe.
Lanzando un resoplido, Tyler decidió que no podía hacer más para sentirse cómodo en aquel lugar, tomó su mochila y se marchó.
Las razones por las que él y Xavier no podían odiarse más eran infinitas. Se conocen desde hace muchos años y la repulsión era mutua. Podía decirse que comenzaba porque Xavier y su familia eran unos completos elitistas que miraban a los habitantes de Jericó como si fueran menos que cucarachas. Tyler nunca había conocido a nadie así hasta que el padre de Xavier, Vincent Thorpe, había humillado a su padre en un evento oficial.
– No necesito de mi visión para decir el futuro de algunos, como el Sheriff, por ejemplo. Apuesto que puedo decir que será miserable sin temor a equivocarme. ¡Ah!, creo que eso ya lo es. Lo siento, Donovan, no habrán cambios en un futuro cercano.
Tyler sentía sus orejas arder tan solo por el recuerdo.
La cara fastidiada de su padre, indicaba que aquel chiste no era nuevo. Muchas veces, Tyler olvidaba que su padre conocía a toda a la crème de la crème de los excluidos.
Cuando fue el turno de Xavier de llegar a Nunca Más, demostró ser más de lo mismo. Los primeros años no eran más que insultos tontos y bromas pesadas, hasta que las bromas se convirtieron en empujones y los empujones pasaron a puños. Terminando en un mural destruido, una nariz rota y Tyler exiliado en un campamento de conducta.
Había pensado que había tocado fondo y se había prometido a sí mismo - y a su madre - que cambiaría. Que no sería el pueblerino amargado en el que se estaba convirtiendo.
Hasta ese momento, no imaginaba que siempre se podía caer más bajo.
Luego llegaron los asesinatos. No habia pensado en culpar a Xavier, pero el muy idiota actuaba raro y siempre estaba cerca de los ataques. Por ser un entrometido se había convertido en el principal sospechoso del caso y él ocupaba una salida, desesperadamente. No quería ir a la cárcel por una serie de asesinatos que tampoco había deseado cometer y estaba seguro que la familia de Thorpe pagaría cualquier monto por sacar a su oveja descarriada, no se arriesgaría al escándalo que aquello podía provocar.
Bueno, tampoco podía olvidar que uno de los muertos fue Rowan, el antiguo amigo y compañero de cuarto de Xavier. Tyler intentaba no pensar mucho en que la cama en la que ahora descansaba había pertenecido a ese chico perturbado. En su opinión, Rowan era el único que merecía morir.
Caminó por los pasillos atestados de personas y aunque era nuevo en la escuela, conocía cada rostro de los que estaban ahí. Para ellos también era raro verlo con el uniforme escolar. Tyler entró al aula de botánica y se sentó en uno de los asientos de la parte de atrás. Enid estaba frente a él y un poco más adelante estaba Merlina.
Ella era el otro punto detonante de aquella hostil relación.
Ni en sus peores pesadillas, Tyler habría imaginado que él y Xavier pudieran tener algo en común. Y luego estaban involucrados en un bizarro triángulo amoroso con una chica que estaba más interesada en seguir asesinos seriales que en tener citas... para su ventaja, Tyler era uno.
Cuando los encontró en la feria, charlando, Tyler solo pudo atribuirlo a su mala suerte, pero cuando Merlina le había informado que asistirá al Rave'n con Xavier... ¡dios! nunca antes la ira había burbujeado tan rápido en su interior.
Al final, todo se había volcado a su favor y el desprecio de Xavier había aumentado.
No sabia a que clase de demente se le ocurrió que compartieran habitación. Estaba seguro que antes de que terminara el semestre uno de los dos acabaría muerto.
Merlina miró sobre su hombro, directamente a sus ojos y asintió ligeramente. Tyler sonrió abiertamente.
Si no fuera por ella, él estaría pudriéndose en una cárcel de máxima seguridad. Le debía mucho más que su libertad y Tyler estaba dispuesto a dedicar toda su vida a recompensarla.
Soltó un largo suspiro y luego, para su desgracia, Xavier se sentó junto a ella.
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Cuidado con lo que deseas #Wyler
FanfictionTyler pensaba que Xavier era un niño mimado y caprichoso, acostumbrado a tener todo en la vida. Xavier creía que Tyler era manipulador experto que cegaba a todos con su actuación de niño herido y perdido. Ambos se odiaban, no era un secreto. Ahora...