Tyler IX

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Tyler se sentó junto a Merlina. La miró y le sonrió aparentando normalidad. Aunque no podía disimular las ojeras que enmarcaban su rostro, ni la palidez de su tez y mucho menos el movimiento rápido de su pierna del que ni siquiera era consciente.

Apartó su mirada rápidamente, sintiendo como sus ojos analíticos diseccionaban cada parte de su alma.

— Hola — dijo incómodamente, fingiendo que estaba ocupado mientras sacaba las cosas de su mochila.

Merlina no tuvo tiempo de replicar, cuando la maestra Thornhill entró cargada de carpetas. Dejo caer los archivos sobre su escritorio y se giró con una sonrisa en su rostro.

— Bien, con esto terminamos nuestra unidad de plantas carnívoras.

Pasó dejando cada uno de los informes.

—Bien hecho, señorita Addams— dijo cuando le entregó un trabajo con nota perfecta, en cambio el de Tyler lo dejo caer sobre la mesa con un brillante y grande "0". — Lastima que no pueda decir lo mismo de usted, señor Galpin.

Los mas cercanos soltaron suaves risas a su alrededor y aunque Tyler sentía sus orejas arder, no levantó su rostro. Simplemente, guardó el trabajo en su mochila lo más rápido que podía.

Cuando la profesora Thornhill terminó, regresó al frente de la clase.

— Bien, ahora. Guarden todos sus cuadernos, tendremos un examen sorpresa.

La alegría con la que lo dijo contrastó por completo con las quejas de sus alumnos. La maestra sonrió por varios segundos, pasando su mirada por el aula completa pero quedándose clavada en Tyler por más tiempo que en el resto. Sus ojos parecía más duros que nunca y por todos los medios Tyler evitó regresarle la mirada.

El examen duró apenas unos diez minutos. Cada pregunta más difícil que la anterior, él ni siquiera hizo el esfuerzo de contestarlo sabiendo muy bien que aquello no era nada más que una venganza por lo que no habia pasado la noche anterior.

¿Qué demonios pensaba su contraparte de aquella realidad? ¿Tendría realmente una aventura con Laurel? ¿Tan desesperado estaba por aprobar una estúpida clase? ¿O la mujer lo habia coaccionado como lo habia hecho con él también?

Cuando alzó la vista hacía ella, tuvo un escalofrió que no logró reprimir.

¿Seguiría teniendo poder sobre él?

Cuando recogió los exámenes el animo de la clase habia descendido mucho. La maestra comenzó con la lección y cinco minutos después todos estaban sumergidos en un ligero sopor. Tyler mantenía la vista fija en su libreta, garabateando sobre ella y cavilando las posibilidades de su vida en ese mundo.

— Señor Galpin —el llamado de la maestra lo sobresaltó — ya que ha estado muy atento a la clase, dígame ¿Cuáles son las propiedades de la mandrágora?

El chico abrió los ojos de par en par y bajó su vista a los dibujos incoherentes de su cuaderno.

— Es... ¿venenosa? — dijo, conociendo la predilección de Laurel por esas plantas.

— Sus raíces lo son, si. ¿Qué mas?

— Eh...

El silencio se prolongó hasta que las risillas en la clase comenzaron.

— De sus primeros usos fue como amuleto de la buena suerte, afrodisiaco y para tratar la infertilidad — respondió Merlina junto él, parando las risas con una sola mirada — aunque su uso mas extendido es como sedante.

— Muy bien, Merlina. Espero que con su cercanía, pueda contagiar a Tyler con un poco de interés por la Botánica.

Esta vez no solo estallaron risa, sino también murmullos y silbidos ante la clara insinuación de la maestra.

— Lo haré —declaró ella con una mirada retadora hacia la maestra. 

Laurel esbozó la sonrisa más forzada que Tyler le había visto. 

—Muy bien, ahora, necesitare un par de voluntarios para arrancar las mandrágoras que utilizaremos la próxima clase. Solo se puede realizar en la noche, así que tendrán que estar una hora antes del toque de queda ¿Alguien? — el aula entera permaneció en silencio —¿Señor Galpin? Unos puntos extras no le vendrían mal.

La maestra se quitó sus lentes y le sonrió. Tyler soltó un suspiro y asintió.

En cuanto las clases terminaron, Tyler se marchó a su habitación. Buscó en cada archivo de su teléfono y de su computadora por alguna pista que le pudiera indicar si la relación que tenia con Thornhill era mas amo-hyde o amantes. Cualquier cosa que le pudiera servir para denunciarla frente a Weems o la policía.

Cuando no encontró nada, siguió con sus cuaderno, notas, vacío todas las gavetas... Se dejó caer en la cama y soltó un gritó frustrado. Miró la hora, aun quedaban un par de horas antes del anochecer. Tyler tomó una chaqueta y salió del campus.

Caminó por el bosque, hasta llegar a Jericó. Se detuvo frente a las ventanas del Veleta. En su mundo, él estaría ahí, deslizándose entre las mesas y con el olor del café pegado a su cuerpo. La ráfaga de ordenes por servir mantendrían su mente despejada de cualquier problema y cerca del final de su turno, la campana sonaría y Merlina pasaría por ahí directamente a su butaca. Él tendría su cuádruple listo y tomaría su descanso junto a ella.

Soltó un suspiro y siguió su camino hasta el cementerio. Pasó cada una de las lápidas que conocía de memoria. Llegó al solitario espacio donde debía descansar la tumba de su madre y ahora estaba una tal "Liliette Evergreen" de la que nunca antes habia escuchado.

Se dejó caer frente a la tumba y fue fácil imaginar que era la tumba que él solía visitar cada vez que su mundo se derrumbaba. Hundió su rostro entre sus manos y comenzó a llorar. 

Cuidado con lo que deseas #WylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora