Merlina V

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Merlina abrió la ventana de la habitación y se deslizó con la habilidad de un gato. Encendió la luz y dejó su mochila sobre la mesa, Dedos salió de inmediato.

— Buscamos cualquier cosa que lo relacione a Thornhill: notas, cartas, diarios...

La mano desmembrada comenzó su búsqueda y Merlina inspeccionó la habitación. Notó que era mucho más pequeña que la que compartía con Enid. Las camas estaban una frente a la otra, con un par de armarios idénticos y escritorios contra las ventanas.

Sobre el de Xavier, había un cuaderno de dibujo y no se entretuvo a verlo antes de pasar al segundo escritorio abarrotado de libros y libretas desorganizadas.

Encontró el proyecto más reciente de Tyler con la calificación que le valió la humillación pública y luego otro par de trabajos igual de malos pero con notas decentes que si bien no lo hacían quedar como un genio, tampoco lo convertían en el peor de la clase.

Bien.

Era obvio que él y la profesora Thornhill habían llegado a una especie de acuerdo para mejorar la nota. ¿Dinero? Tyler lo tenia en exceso, pero Marilyn Thornhill no parecía el tipo vanidosa. ¿Conexiones? ¿Protección?

Dedos llamó su atención y Melina caminó hasta la mesa junto a la cama del chico. Tomó la libreta y leyó unas cuantas palabras que Tyler habia escrito:

Está viva.

¿Amo-hyde?

No puede darme órdenes.

Merlina no tuvo tiempo de analizarlo, cuando la puerta se abrió de par en par y Tyler apareció sudado frente a ella. Cerró el cuaderno y alzó su rostro altaneramente.

— Regresaste antes.

— ¿Qué? — su desconcierto, pasó rápidamente a enojo —No me digas que sabes cuanto tiempo corró normalmente —agregó con ironía.

— Cuarenta y cinco minutos o una hora, depende la ruta que elijas.

Tyler alzó sus cejas sorprendido. Entró a la habitación y cerró la puerta detrás de él.

— Me sentiría halagado si no estuviera seguro que las razones de tu espionaje suelen ser mas bien morbidas y no romanticas.

— Son las únicas razones válidas.

Tyler cruzó los brazos sobre su pecho.

— ¿Me dirás de qué me acusas esta vez?

Merlina paseó su vista por la habitación, buscando una salida. Era cuestión de tiempo que Tyler atara cabos. Para su suerte, Dedos se había escondido a tiempo y estaba trepando por el armario de Xavier.

La mano saltó sobre la cabeza de Tyler y para sorpresa del Merlina, el chico la atrapó con suma facilidad y la presionó con sus dos manos.

— Me preguntaba dónde te habías metido — lo escuchó murmurar — lo siento, pero esto es entre Merlina y yo.

Abrió un cajón del armario de Xavier y metió a Dedos dentro, cerrando las puertas y atandolas con una corbata abandonada.

Merlina retrocedió un paso cuando la dura mirada de Tyler cayó sobre ella. Atrás habían quedado las sonrisas fáciles y la vulnerabilidad. Y sintió como sus vísceras se retorcían ante aquella nueva y fascinante faceta.

— Estoy esperando.

Sabiendo que estaba acorralada, Merlina decidió atacar la yugular.

— Te vi salir de la oficina de Thornhill.

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