Tyler VII

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Tyler sentía que flotaba.

La cita había salido mejor de lo que imaginaba.

Por un momento, creyó que su padre echaría todo a perder, pero para su sorpresa su pequeña aparición sirvió para remover la idea de fugarse de la mente de Merlina. Con la promesa de resolver un misterio y ayudar profesionalmente en una investigación, la chica no pondría un pie fuera de Jericó.

Moria de ganas por ver la expresión de Xavier al saber que Merlina lo dejó plantado para pasar más tiempo con él, pero Xavier no estaba en la habitación a pesar de que el toque de queda había pasado hace horas.

Tyler no le dio importancia, entró en la ducha y pensó en todas las formas en la que le podría recalcar su triunfo al psíquico.

Al día siguiente, su mirada se cruzó con Merlina en la cafetería y para la clase de Botánica, se sentó junto a ella en el primer mesón.

Aquella clase no era para nada su fuerte -transferido a medio año y con la maestra de baja por defunción, era de esperarse– pero eran temas que él ya había visto y al menos no quedaba como un completo idiota frente a Merlina.

Tyler la miraba embelesado, con su mano apoyada en la quijada y su rostro volteado hacia ella. No solo porque le encantaba verla en acción cuando su viperina voz masacraba a Bianca con sus respuesta pasivo-agresiva, sino también para evitar mirar a Laurel frente a él. La mujer parecía intentar por todos los medios llamar su atención e internamente rezó porque el poder como su "ama" no funcionara ahí.

Al terminar la clase, se apresuró a guardar sus cosas cuando escuchó a su espalda el sonidos de las botas de hule contra el suelo. Un escalofrío recorrió su espalda.

— Señor Galpin, ¿le importaría quedarse unos minutos? Su proyecto necesitara algunas correcciones.

Laurel, o mejor dicho, la profesora Thornhill, regresó a su mesa y comenzó a pasar las carpetas mientras el resto de alumnos abandonaba el invernadero en busca de la libertad. Tyler espero nervioso, balanceándose sobre sus pies. Finalmente, cuando ella se giró no quedaba nadie más que él.

—Te noto distraído desde que regresaste —dijo con un tono de voz bajo y sin una pizca de la máscara de amable maestra en su rostro. A Tyler tampoco le pasó desapercibida la confianza que mostraba — Te espere en mi oficina.

— ¿Lo... siento? —dijo dudoso, cruzando sus brazos sobre su pecho — no lo recordé. Mañana presentare el proyecto.

— Ty — lo interrumpió Laurel, acercándose a él y colocando una mano sobre su brazo —. Mientras te siga portando bien, sabes que tu nota esta garantizada.

La mano de Laurel bajó lentamente por su brazo y no había forma de que él no lo reconociera como una caricia. Tragó en secó y la maestra sonrió malinterpretando su nerviosismo.

— ¿Llegaras esta noche? ¿Es día de luna llena? Los lobos serán suficientemente ruidosos.

La mujer clavó sus ojos en él y Tyler sintió como su corazón se aceleró y su estómago quería salirse de su cuerpo.

— Yo... yo no... estoy seguro. Prometí... ¿reunirme con mis compañeros? — pretendía ser una mentira, aunque sabía que había salido pésima.

— ¿Tus compañeros o con Merlina? — respondió tensando su mandíbula — Creo que es la causa de tu distracción.

— Ella es... interesante — respondió sin poder contener una sonrisa nerviosa y encogerse de hombros. Estaba hecho un manojo de nervios.

— Seria bueno que recuerdes que no me gusta compartir. Pero ella podría ser una buena maniobra de distracción.

— Si, totalmente. — Tyler sentía el pánico apoderarse de su cuerpo. Dio un paso hacía atrás, separándose del toque de la maestra. Su piel ardía. —Eso es... ella. Yo... me debo ir. Nos vemos, Lau... eh... Señorita Thornhill.

Tyler salió del invernadero casi corriendo y si alguien le preguntaba no tendría vergüenza en confesar que había huido. Sentía su corazón saltando en la garganta, sus manos sudaban y tenia unas ansias terribles por limpiar cada parte de su cuerpo.

¿Qué demonios hacia su yo de ese universos con Laurel Gates?

Cuidado con lo que deseas #WylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora