Merlina I

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Merlina miró con completa apatía como Galpin salía corriendo de la clase. La palidez en su rostro, su pupilas dilatadas y el temblor en sus labios, sugerían que estaba padeciendo de algún ataque de pánico.

Que débil, pensó.

Su vista volvió a la señorita Thornhill, mientras todos seguían desconcertados por la huida del chico. La expresión amable de la docente había desaparecido y una mueca que no supo como interpretar, se apoderó de su rostro por un segundo. En cuando la señorita Thornhill notó la mirada de Merlina sobre ella, la mascara amigable volvió a aparecer.

Curioso, pensó.

Aunque no tanto para motivarla.

Nunca Más debería ser realmente una tortura, si lo más interesante que encontraba era una maestra insípida de botánica.

Galpin no había aparecido en ninguna de las clases de aquella mañana. No era que ella lo notará, pero para su desgracia Bianca y Divina no dejaban de hablar de eso en la hora de literatura.

Era una pena que el chico fuera menos interesante que un ladrilló en la pared. Habia tenido la esperanza que al conocerlo, podría acercarse a su padre Donovan Galpin, el mejor investigador privado de su tiempo, pero según la información de Xavier, Galpin no era mas que un niño mimado que creía que cada alma en Nunca Más y Jericó tenían como único propósito complacerlo.

El auto proclamado rey de Nunca Más, el único normie con la influencia suficiente para entrar en Nunca Más, la pequeña celebridad del pueblo. Cada parte de su vida alimentaba la creencia de su superioridad y aun así, corría presa de la ansiedad ante el primer llamado de atención.

No solo era débil, era patético.

A la hora del almuerzo, Merlina caminó por los jardines. Reconociendo su entorno, los puntos débiles, las entradas seguras y las ocultas, todo al mismo tiempo que huían de las miradas irritantes de sus compañeros.

Fue mientras descansaba bajo la sombra de uno de los muros que observó a Enid atravesar el jardín de forma sospechosa. Merlina junto sus cejas y terminó su emparedado antes de seguirla con sigilo.

¿Qué oscuro secreto podía tener la reina del chisme? ¿Seria lo suficiente para un chantaje futuro?

La miró reunirse con Tyler Galpin. Era una lastima que no estuviera mas cerca para poder escucharlos, pero no había forma de acercarse sin ser vista.

Cuando los chicos se fueron, Merlina salió de su escondite. Tal ves ella no tenia experiencia con amigos, pero estaba segura que aquella charla era algo más y Enid le diría cada una de las palabras. 

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