Cuidado con lo que deseas #Wyler

Xavier VIII

Xavier alzó su cabeza cuando escuchó pasos aproximándose a la entrada de la cueva.

— ¡Ayuda! ¡Aquí adentro! ¡Por favor ayudenme!

Pero cuando vio el brillo del cabello rojo de Thornhill sintió que su alma caía al suelo.

— Cariño — dijo la mujer al acercarse con una sonrisa dulce, que dadas las circunstancia parecía extremadamente cruel — nadie va a escucharte aqui. Solo somos tu y yo.

Xavier tragó y miró a su alrededor, si tan solo pudiera dibujar algo...

— Mi papá no descansará hasta encontrarme — respondió, intentaba que su voz sonara segura a pesar de saber que lo que decía era una mentira.

— Tu padre se dará cuenta hasta que nuestros asuntos estén terminados.

— ¿Qué asuntos? ¿Qué es lo quiere?

— No tienes que esconderlo. En cuando vi tus dibujos supe que eras tu... fue muy descuidado de tu parte, debo decir. Pero, claro, son pocas las personas que saben lo que eres realmente.

— ¿Qué soy? — preguntó estúpidamente.

La fachada de Thornhill se quebró y era como si otra persona estuviera junto a él.

Sus labios se juntaron en un mohín de desagrado y sus ojos grandes se parecían empequeñecerse con su mirada llena de odio.

— Tu verdadera naturaleza, Xavier. ¡Tu eres un hyde! — saco una hoja doblada de su chaqueta y le mostró uno de los primeros bocetos de la bestia. Hasta ese dia, Xavier aun recordaba esa primera pesadilla.

—Se equivoca. Yo soy psíquico, como toda mi familia.

— Cariño, estás tan engañado. Tu padre no puede predecir ni el clima. Tu estas en esta escuela por tu madre. Ella también era un hyde y tu heredaste su condición.

— No, su habilidad es la telequinesis .

Marylin Thornhill soltó un suspiro y comenzó a pasearse por la cueva.

—Cuando vi tu dibujo, lo reconocí y comencé a indagar en tu familia. Fue muy difícil, los documentos no estaban en el archivo y fue entonces cuando entendí que debía estar en los estudiantes clasificados. — Thornhill volvio a inclinarse sobre él y le colocó una mano en su rostro. — Tu madre fue un hyde y por eso fue expulsada. Por eso murió. Tu no tienes que pasar por eso...

— ¿Mi madre está... muerta? — Xavier la miró confuso. Nada tenía sentido y la actitud de la mujer lo ponía nervioso.

La maestra lo miró con cierto pesar.

— Entiendo. Es mucho que digerir. Te dejaré para que lo pienses.

— ¿Qué? No, no hay nada que pensar — pero la maestra ya volvía a subir la pequeña pendiente hacia la salida — No me deje aquí. ¡Vuelva!

*

La señorita Thornhill no regresó hasta que la luna dominaba el cielo y todos los alumnos estaban en sus habitaciones. Encontró a Xavier dormido y con un suave golpe en su rostro lo despertó.

El chico abrió sus ojos confundido y un gemido doloroso se escapó de sus labios.

— Querido, te traje algo. — Thornhill alzó un pequeño bote de agua frente a él, pero en cuento Xavier se acercó, ella lo alejó — Tks, tks— negó — primero tendrás que decirme porque haces esos dibujo.

— Yo... yo los sueño. Los veo en sueño, es la forma en la que tengo mis visiones.

— Pero estas no son visiones, cariño. ¿Sientes que el hyde quiere despertar?

— ¡Yo no soy un hyde! — dijo desesperado y casi al instante recibió una bofetada en el rostro.

— No vuelvas a gritarme.

Thornhill soltó un suspiro cansado.

— No lo entiendes, Xavier. Hago esto por ti. Si el hyde despierta, matarás a todos. No quieres eso en tu consciencia, ¿verdad? Yo puedo ayudarte a que eso no suceda.

— No soy un hyde y mi madre tampoco lo es. — dijo casi suplicando.

— Tu madre está muerta, deja de referirte a ella como que no lo estuviera. — Marylin se levantó, sus labios firmemente presionados uno frente al otro. — Veo que aun necesitas tiempo para pensar. Tendrás que pasar otra noche aquí, hasta que entres en razon.

Alzó su mano y frente a Xavier dejó caer al suelo el agua que llevaba.