Tyler X

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—¡Tu, de nuevo! —grito Xavier, cerrando la puerta con un fuerte golpe Tyler se puso los ojos en blanco.

— Es mi habitación, ¿no?

Se puso de pie y sin pensarlo, le tendió la mano a Merlina, quien para su sorpresa -y cólera de Xavier- la tomó y se levantó.

— Sabes muy bien de lo que hablo — gruñó, cruzando la habitación de un par de zancadas — se supone que ella debe estar aquí por mi.

Xavier le propinó un fuerte empujón que hizo trastabillar a Tyler. Ninguno de los dos se dio cuenta de la forma en la que Merlina arrugaba su rostro.

— Tal vez debas dejar de vivir en tus fantasías y comenzar a adaptarte a esta realidad — respondió Tyler recuperando el poco espacio que había perdido. 

En otro tiempo, en otro universo, habría sentido el gruñido de su monstruo interior rogando por despedazar a su oponente, sin embargo, lo unico que sentia eran la ira ebullendo en sus venas y las ganas de estrellar su puño contra la nariz de Xavier, como lo había hecho hace más de un año en la plaza central de Jericó.

Sin embargo, su atención fue interrumpida cuando miró a Merlina rodear la cama y buscar la salida.

— ¿Donde vas? No hemos terminado — Tyler hizo a un lado a Xavier y caminó hacia ella.

— Su demostración de testosterona es patética — dijo Merlina mirándolos sobre su hombro con una evidente molestia —. No me involucren en ella.

Cerró la puerta y el silencio cayó en ellos como una pesado y denso velo. Tyler fulminó con su mirada a Xavier, y Xavier a él hasta que finalmente abrió su boca con lo más estúpido que podía decir.

— Esto es tu culpa.

Tyler sintió como la ira explotaba en su interior. Apretó su dientes con fuerza y cortó la poca distancia que lo separaba del chico.

— Ya me canse de ti — dijo, con su voz grave y sus ojos afilados — Si sigues entrometiéndote...

— ¿Qué harás? —respondió Xavier con una socarrona sonrisa. — Ya no eres un hyde, solo un simple y vulgar Normie. — y escupió la última palabra como si fuera repulsiva.

— Un normie que ya de dejo en el hospital una vez.

Tyler avanzó. Xavier retrocedió.

— No puedes hacerlo. Te expulsaran.

Tyler se detuvo en el instante. Su ceño se frunció aún más y por un latido de corazón observó cómo el cuerpo de Xavier se relajaba.

Tyler inclinó su cabeza y su falsa e inocente curiosidad se miró más peligrosa que su furia.

— ¿Ah sí? — avanzó un paso más — se te olvida que ya no eres nadie aquí, solo un simple y vulgar Thorpe.

Xavier apretó sus labios con fuerza. Tyler podía ver como la ira emanaba de él casi palpable.

Tenía que admitir que había disfrutado más de lo que nunca hubiera imaginado en lanzarles aquellas palabras a Xavier. Nunca antes, Tyler se había escudado detrás del cargo o nombre de su padre para ganar sus batallas, al contrario, más a menudo era objeto de burlas y bromas por ser el chico del Sheriff de lo que eso le beneficiaba (Exceptuando por supuesto, en la serie de asesinatos que había cometido). Sin embargo, poder ver como la cara de Xavier palidecía y su boca se torcía con desagrado al lanzarle a la cara lo que él siempre tenía en la punta de la lengua... ¡dios! era embriagante.

Avanzó lentamente. Cada paso de Tyler que parecía hecho de plomo, marcaba una sentencia, y Xavier retrocedía como el ciervo asustadizo que siempre había sido.

— Me pregunto, ¿a quién expulsara Weems si debe escoger entre uno de los dos?

Xavier chocó contra la pared y Tyler acortó la distancia que los separaban. Lo tomó de la camisa, acercándolo hasta que sus rostros estuvieron a centímetros de distancia.

— No pareces tan valiente ahora.

Xavier tragó en seco.

Tyler le dio una sacudida y disfrutó como el cuerpo entero del chico tembló bajo sus puños.

— Thornhill te busca — dijo de pronto Xavier, cerrando con fuerza sus ojos. — Busca al hyde. Si me haces algo le diré que eres tu.

Tyler se detuvo en el acto. La embriagadora sensación de victoria se desplomó en seguida y su estómago se encogió.

No sabía cuánto tiempo se quedó paralizado, pero fue lo suficiente para que Xavier abriera sus ojos y se sintiera nuevamente seguro. Se quitó las manos de Tyler de un manotazo y se atrevió a empujarlo.

— Si no te alejas de Merlina — dijo recuperando su maliciosa y altanera sonrisa — haré que Thornhill vuelvan a ponerte la correa, asqueroso hyde. 

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Es un capítulo corto, pero como me ha tenido hecha un nudo.

Estamos de regreso aquí y espero que la les gustara el capitulo. 

¡Nos leemos la próxima semana!

Cuidado con lo que deseas #WylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora