Capítulo 4: No existe el tono de gris

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Harry dejó escapar un gemido silencioso y se giró de lado, subiendo las mantas para cubrir su rostro del cegador sol invernal. Tenía un dolor de cabeza punzante (también llamado dolor de cicatriz) y le palpitaba dolorosamente la garganta.

Cómo anhelaba tener a su disposición una fuerte poción para aliviar el dolor de cabeza y una poción anestésica, pero cuando puso su mano sobre la mesa de noche para coger los frascos, costumbre que había adquirido con los años, su mano no encontró más que aire y no contribuyó a atenuar su ya muy amargo humor.

Hedwig voló hacia él y ululó preocupada mientras Nagini apartaba las mantas con su cola. "No te ves tan bien, joven maestro. Quizás deberías quedarte en la cama hoy", siseó la serpiente con preocupación.

Harry sacudió la cabeza con cansancio y se levantó con un gruñido silencioso y piernas temblorosas, haciendo una mueca cuando miró su reflejo en el espejo del baño. "¡Uf!"

Tosió e hizo una mueca de nuevo cuando el dolor en su garganta cobró vida aún más. "Sólo es mi suerte..." Murmuró, pero salió como un susurro bajo y ronco.

Trató de domar los largos y salvajes mechones de cabello de su yo embelesado y frunció el ceño cuando se negaron a cooperar, al igual que su cabello real. Cuando se apartó un mechón de pelo de la cara, su cicatriz estaba allí, de un rojo furioso, como burlándose de él y asegurándose de que recordara sus deberes para con el maldito mundo entero.

En un silencioso estallido de repentina rabia, apretó la mano en un puño y golpeó el espejo sin contenerse... y mentalmente se pateó a sí mismo después cuando su sangre cubrió los pedazos de vidrio rotos. Al menos no tenía ningún fragmento incrustado en su mano, eso era un comienzo, pero dolía muchísimo y había sangre por todo el suelo.

Frunció el ceño –todavía no le dolía tanto como la cabeza- y susurró "Scourgify". Los fragmentos rotos y las gotas rojas del suelo desaparecieron.

Nagini se deslizó hacia él cuando escuchó el sonido del vidrio rompiéndose y se preguntó qué había pasado para que su maestro actuara tan cruelmente de repente. Entonces, la Cobra vio nuevas gotas de sangre en el suelo, cortesía de la mano que aún sangraba. "Te lastimaste. ¿Necesitas ayuda?"

Harry le dio a Nagini una sonrisa vacía y sacudió la cabeza negativamente. Se hizo una venda casera y se vistió, poniéndose una gruesa capa para ocultar correctamente la mano vendada sin que fuera demasiado evidente. Sabía que Rosmerta lo necesitaría hoy más que cualquier otro día: era fin de semana en Hogsmeade y, por primera vez, Harry lo temía.

Nagini se enroscó bajo su capa y descansó en su lugar habitual alrededor del estómago del niño. Hedwig voló hasta su hombro y salió cansado de su habitación.

Rosmerta jadeó y se preocupó por su estado actual tan pronto como vio su rostro exhausto y enfermo. "¡James! ¡Parece como si te hubieran maldecido al infierno y de regreso! ¡Y estás ardiendo de fiebre! ¡Sabía que nunca debería haberte dejado salir ayer por la noche!" Obviamente se sentía culpable y enojada consigo misma.

Harry sacudió la cabeza de un lado a otro, haciéndola detenerse en medio de su discurso. "Pesadilla", gruñó suavemente, su garganta incapaz de producir una frase más alta o más larga.

Parecía realmente preocupada y algo curiosa de que una pesadilla pudiera haberlo causado así. "Nunca antes había oído hablar de una pesadilla lo suficientemente fuerte como para causar tal daño en la garganta de alguien".

Parecía desconcertada, hasta que Harry susurró: "Encantamientos silenciadores. Siempre."

Eso no ayudó en absoluto a aliviar sus preocupaciones. "¿Por qué no me lo dijiste?" Ella sostuvo su mano entre las suyas y no lo notó hacer una mueca. Sin embargo, sintió una sustancia pegajosa cubriendo lentamente sus manos y rápidamente soltó las de él tan pronto como se dio cuenta de que era sangre, su sangre.

The World Without Me [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora