Capítulo 4

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- ¡No te olvides de coger los cereales también! - me dijo Anne mientras iba  a buscar la leche en el pasillo correspondiente. 

Cogí un cartón de leche y unos cereales que tenían chocolate por dentro, los favoritos de mis primos. Lo dejé todo en el carrito y Anne hizo un repaso a su lista de la compra para comprobar que no se dejaba nada.

- Perfecto, lo tenemos todo. Ya podemos ir a pagar. - me dijo cuando dirigía el carrito hacia delante.

La ayudé a poner todas las cosas en bolsas y con dos bolsas cada una nos dirigimos al coche. Lo guardamos todo en el maletero y cuando nos sentamos le recordé que teníamos que pasarnos por la universidad para dejar el formulario y así no tener que preocuparme por el día límite.

- Claro, sin ningún problema - me sonrío. - Así podrás ver la universidad sin que haya tanta gente y podrás saber dónde están todas tus clases.

Cuando llegamos me quedé asombrada por la dimensión de esa universidad. Era enorme. ¿Enorme? ¿Qué digo yo? Era gigante. Tenía una entrada preciosa con un cartel que recordaba: "El día 23 se hace actividades para todos los estudiantes de este centro para conocerse antes de que empiecen las clases. ¡Os animamos a todos a participar! Si quiere entregar el formulario, por favor pase a recepción."

Pasamos la entrada y caminamos hasta la entrada principal por un camino que cruzaba todo el exterior de la Universidad de un lado al otro. Justo cuando cruzabas la entrada podías ver a la izquierda un campo de futbol muy bien cuidado con un césped que brillaba acabado de regar y a la derecha el parking para profesores y alumnos.

- Podrías preguntar qué es esto de las actividades. Seguro que te servirá para conocer a alguien y así ver caras conocidas el primer día.

- Sí, bueno. Ya veremos. - Le dije, no muy segura de que fuese una buena idea. No es que no me gustase hacer amigos pero yo prefería hacer los amigos de la forma normal, hablando por casualidad no forzándome a preguntarle a alguien por sus intereses sin conocerla de nada.

Llegamos a lo que parecía una zona de recreo con mesas y sillas para que los estudiantes pudiesen relajarse en sus horas libres y también había un pequeño bar al lado por si querían comprar comida o bebidas. Giramos a la derecha y vimos la entrada principal. Creo que era aún mejor que la que habíamos visto antes. Esta tenía una puerta de madera envejecida por el tiempo pero, sin embargo, podías ver que estaba cuidada y que cada semana alguien se encargaba de que siguiese así.

Picamos al timbre y sonó un pip que nos indicaba que podías empujar la puerta para entrar. Entramos y una pequeña señora con el pelo rojo oscuro y una gran sonrisa nos dijo:

- Hola, soy Mary. Bienvenidos a la Universidad de Nottingham.

- Hola. - dijimos Anne y yo al unísono.

- ¿Es aquí donde tengo que entregar el formulario? - pregunté sacándolo de mi bolso.

- Sí, sí, es aquí. Así que tenemos a otra estudiante de... - se animó a decir mientras cogía mi formulario y lo miraba - Bellas artes. - terminó.

- Sí - le dije con una sonrisa.

Mary rodeó la mesa de recepción y se sentó en su silla, que estaba ligeramente más alta de lo normal pero era necesario para que ella pudiera ver a las personas desde su sitio. Me dio mi horario y me indicó en qué clase hacía cada materia.

- Perdona, ¿Podría explicarnos esto de las actividades que hacéis para los alumnos para que se conozcan? - preguntó Anne cuando terminamos de hablar.

- Si, por supuesto. El día 23 se hacen actividades para todos los estudiantes de este centro que estén interesados en hacer amistades y conocer a sus futuros compañeros de clase. Desde juegos en equipo hasta juegos para mejorar la confianza. Deberías apuntarte chica, seguro que te lo pasarás muy bien. - me dijo esto último dirigiéndose a mí.

- Sí, me parece muy buena idea. ¡Apuntala! - dijo Anne emocionada.

- Bueno, espera, debería pensarlo... No sé si tengo algo que hacer, tendría que mirarlo y en todo caso puedo llamar luego y...

Expliqué mientras ninguna de las dos me escuchaba. Mi tía estaba dando mis datos y Mary decía que sí con la cabeza mientras escribía lo que decía Anne.

- Pues Katherine, te esperamos a las 5:30h de la tarde en la entrada. ¡Seguro que te lo pasarás súper bien! - me dijo intentando que me emocionara, pero no funciono.

Salimos de la Universidad y nos metimos en el coche.

Anne me miró, me sonrío y me dijo:

- Estoy muy contenta por ti, seguro que te lo vas a pasar...

- Genial - dije yo acabando la frase. En menos de medio minuto ya me lo habían repetido como unas tres veces.

- Sí, claro que sí. Estos cuatro años van a ser los mejores cuatro años de tu vida. Ya verás.

Asentí con la cabeza y Anne arrancó el coche y nos dirigimos a casa.

Realmente deseaba que estos años fueran los mejores de mi vida. Lucy siempre me decía que ir a la Universidad fue lo mejor que le pasó y mi padre siempre decía que cuando vas a la Universidad todo se vuelve más emocionante y cada aventura crea momentos inolvidables.

Mi padre me explicaba momentos que vivió cuando él estudiaba y todas las locuras que hizo aunque siempre repetía antes de terminar la conversación "pero esto tú no lo hagas, ¿eh?".

Recuerdo uno de los momentos que vivió él y unos amigos cuando estaba en su último año. Era el cumpleaños de uno de ellos, creo que me dijo que se llamaba Sam. Todos sus amigos y él le prepararon una fiesta sorpresa en una casa abandonada que había no muy lejos de la universidad y en menos de dos horas eso se convirtió en una macro fiesta con lo que mágicamente quedaron invitados todos los estudiantes de la universidad y sus correspondientes amigos y amigos de amigos.

Los vecinos más cercanos llamaron a la policía y todos se fueron corriendo menos mi padre y sus amigos. Le repitieron a la policía que ellos no habían preparado eso y que solo era una fiesta sorpresa para un amigo y no para toda la universidad. Mis abuelos tuvieron que ir a sacarlo de la comisaria y estuvo castigado un mes sin salir. Yo sabía que aunque le hubieran castigado no le importaba porque sabía que ese momento lo tendría siempre guardado como uno de los mejores momentos que pasó ahí y merecía la pena estar castigado un mes.

Cuando llegamos a casa ayudé a Anne a guardar las cosas en su sitio y subí a mi habitación para cambiarme. 

Noche del 13 de DiciembreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora