Capítulo 10

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Me desperté aun pensando en la carta. ¿Mi padre lo sabía? ¿Por qué no me había dicho nada de la existencia de este tal George? No entendía nada.

De todos modos, hoy era mi primer día de Universidad y decidí preocuparme por eso. Me vestí, esta vez con el vestido que me regaló Anne. Era holgado, negro y tenía la espalda al descubierto que quedaba muy bonita. Cogí un bolso para meter una libreta y un estuche, supongo que tampoco necesitaría mucho más.

Bajé a desayunar.

- Hola Kat, ¿cómo has dormido? - me preguntó Anne. Era la pregunta que me hacía todos los días pero sabía que no era con la misma intención.

- Bueno, no demasiado bien. - le dije con una sonrisa pequeña para que no se preocupara. Casi no había podido dormir en toda la noche.

- ¿Cómo está la nueva universitaria? ¿Estas nerviosa, Kat? - dijo John entrando en la cocina.

- Sí, la verdad. Me hace mucha ilusión. Aunque en el primer año me han dicho que no podré dibujar mucho. Es todo teoría. - dije.

- Tranquila, no te preocupes. Todo llegará. Ya verás.

Después de desayunar, cogí una chaqueta y me dirigí a la Universidad.

Allí consulté mi horario para ver en qué clase me tocaba: la 103. Fui andando pero no la encontré. Descubrí un punto de información dentro de la facultad así que me puse en la cola para preguntar dónde quedaba esa clase.

Delante de mí había un chico rubio que preguntó por la clase 103 así que me incorporé a la conversación y le dije que yo también buscaba esa clase. La señora nos dio las indicaciones y salimos juntos del punto de información.

- ¿Hacia la derecha, no? - dijo él.

- Sí. - dije.

Empezamos a andar juntos.

- ¿Y cómo te llamas? Yo soy Eddie.

- Yo me llamo Katherine. ¿Tú eres el que ganó el concurso de las actividades del primer día, verdad?

- Sí, ese soy yo. - se rió. Voy a tener desayuno gratis todos los días. - dijo riéndose.

- Qué suerte tienen algunos... - dije.

Llegamos a la puerta de la clase.

- Bueno, si algún día tienes hambre y quieres desayunar, ya sabes a quien llamar. - me dijo abriendo la puerta para que pasara.

- Puntualidad es lo único que pido. Si llegáis tarde... - decía el profesor justo cuando yo estaba entrando por la puerta. Me miró con una mirada seria pensando que éramos los típicos alumnos que llegan tarde siempre.

- Uy, perdone. Lo siento mucho. - dije mientras buscaba sitio en las primeras filas para pasar ese momento rápidamente.

Eddie le dijo lo siento al profesor y se sentó a mi lado.

Las clases continuaron durante todo el día y cada profesor nos explicaba su programación y todo lo que estudiaríamos. Nada fuera de lo normal.

Cuando terminé todas las clases me dirigí a la parada del bus. Cuando estaba esperando apareció Clarie y me sonrío:

- ¡Hola, Katherine! ¿Qué tal estás? ¿Cómo ha ido el primer día de universidad?

- ¡Hola! Pues bien, la verdad. Mejor de lo que esperaba.

Nos sentamos juntas en el bus y hablamos de las expectativas que teníamos para ese año. Yo quería buscar un piso o algún sitio para poder dejar a mis tíos y a mis primos tranquilos y así ser más independiente. Clarie estaba estudiando audiovisuales y quería buscar algún trabajo para iniciarse en el mundo del cine.

Nos despedimos antes de bajar en nuestra correspondiente parada.

- Hasta mañana, Kat.

- Hasta mañana.

Realmente no me había ido tan mal el primer día. Bueno, si quitábamos el hecho de que he llegado tarde. Me prometí que no volvería a pasar. Me había ido bien para dejar de pensar en la carta de mi madre Lucy.

Llegué a casa con pocas ganas de hablar así que subí a la habitación.

Cogí la libreta y la puse delante de mí. Pensando qué hacer.

De repente, llamó mi padre.

*Llamada de Papá*

- ¿Hola? - dijo.

- Hola papá.

- ¿Cómo estás? ¿Cómo ha ido el primer día de universidad? - dijo entusiasmado.

- Bien, pero no hemos hecho mucho. - dije desanimada. - Oye, papá...

- Sí, lo sé hija. Has encontrado la libreta de mamá. Me lo ha dicho Anne esta mañana.

- Sí - dije intentando no llorar. - ¿Qué es esa libreta?

- Katherine, esa libreta era de Lucy. La llevaba a todos lados. Dibujaba en ella, escribía la lista de la compra o cosas que le pasaban por la cabeza... era su libreta personal. Fue lo único que encontramos en...el accidente. Me la guardé unos meses en casa pero cada vez que la veía no podía soportarlo así que se la di a Anne para que la guardara.

Me quedé sin palabras.

- Cariño, ahora tengo que coger un avión a Tokio pero seguiremos hablando de esto, ¿vale? Lo siento mucho. Me gustaría explicarte esto con más calma.

- Sí, papá. No te preocupes. Te quiero.

- Y yo a ti, cielo. - dijo antes de colgar.

Noche del 13 de DiciembreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora