Capítulo 15

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Por la ventana vi un chico que pese al frío que hacía estaba sentado en la terraza de la cafetería con una bebida caliente en la mano y una libreta encima de la mesa. ¿Debería ser un estudiante?¿Por qué no estaba en clase? El chico aspiró el humo del cigarro que tenía entre sus labios y haciendo un suspiro más largo de lo normal se puso las manos en la cabeza y inclinó su espalda hacia atrás. En ese momento me di cuenta de quién era. Era Charlie.

¿Qué estaba haciendo Charlie ahí sentado? Me parecía algo misterioso y había algo en él que no me cuadraba del todo. Miré unos segundos más pero seguía ahí.

- Muy bien, pues ahora quiero que analicéis esta obra. Recordad que tenéis que seguir el esquema que os di. Si tenéis alguna duda podéis preguntarme. - dijo el profesor. - Ahora me voy a buscar unos fotocopias para repartir después. Quiero veros con el análisis hecho cuando vuelva.

El profesor recogió un poco la mesa y dando un vistazo final se fue de la clase. Miré a mis compañeros y algunos de ellos estaban hablando aprovechando que el profesor no estaba. Otros hacían el trabajo.

Recogí todas mis cosas y salí por la puerta ante la mirada atónita de Clarie y de algunos compañeros. La verdad es que no quería hacer ese análisis y además no me había enterado de nada e intentar hacerlo sería perder el tiempo. Salí de la clase con un poco de prisa por si el profesor volvía a recoger algo y me veía saliendo de clase. No quería que pensara que su clase no me interesaba.

- ¿No deberías estar en clase? - pregunté con cierta provocación.

- ¿Y tú?¿No deberías estarlo también? - contestó Charlie al verme.

Me senté enfrente y dejé mis cosas a mi lado.

- Sí, pero hoy llevo un día desastroso y no me apetecía ponerme a hacer análisis de obras. - dije con un suspiro. - ¿Y tú?¿qué estás haciendo aquí solo con el frio que hace?¿No prefieres estar en la biblioteca?

- Estoy escribiendo. En la biblioteca no puedo concentrarme. Siempre hay gente entrando y saliendo, moviendo hojas o tosiendo. Además, las paredes bloquean mi creatividad. No tengo inspiración si estoy encerrado. - contestó Charlie. - Así que cuando tengo tiempo libre vengo aquí a escribir.

- El escritor y su delicada inspiración. - dije burlándome un poco.

- ¿y tú?¿Cómo te inspiras, eh, artista? - contestó 

- A mi las ideas me vienen solas. A veces de madrugada, a veces comiendo. Por eso llevo una libreta donde me apuntó todo lo que me viene a la cabeza. - dije sacando una libreta de la mochila. Era negra y con páginas blancas. Estaba ya vieja. Tenía unos dos años. Siempre la llevaba encima y apuntaba ideas pero mayoritariamente hacía bocetos para futuros dibujos. 

- Es una buena idea aunque yo sé un método que no falla nunca. Hay un sitio donde se respira inspiración y siempre que no sé cómo seguir un relato voy allí. - dijo Charlie confiando plenamente en sus palabras. 

- ¿y cuál es? - pregunté con curiosidad. - Quiero saber dónde está.

- ¿Quieres ir...ahora? - propusó Charlie con incertidumbre.

- Vale, sí. ¡Vamos! ¿Queda muy lejos? - dije mientras recogía la libreta y la metía dentro de la mochila. 

Charlie sonrió y cerró la libreta. - ¡Pues vamos! - dijo. Se bebió lo que le quedaba del café y lo tiró a la basura. 

Noche del 13 de DiciembreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora