Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Naruto
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Capítulo 16
Naruto salió por la puerta como un tiro, corriendo tan rápido como podía tras Hinata.
"¡Hina-chan, oye, espera!", gritó, pero ella no aminoró la marcha. En todo caso, parecía correr más rápido. "¡Maldita sea!", murmuró y trató de correr más rápido.
Hinata sólo podía pensar en que quería huir. Lejos de él, lejos de Sora, lejos de no ser suficiente. Sus lágrimas resbalaban por sus mejillas. Se sentía tan estúpida e inútil como en sus días en Leaf.
Él no confiaba en ella. No creía que fuera digna de ser su compañera.
Tenía que irse, a algún lugar lejos. Algún lugar donde pudiera sentarse y llorar hasta que todo se desvaneciera. Entonces sería capaz de aceptar el hecho de que era tan... inútil.
Y entonces, de todas las cosas que podrían haberle ocurrido, ocurrió su peor pesadilla. Hinata tropezó. Sus pies salieron volando de debajo de ella y cayó hacia atrás y hacia un lado para aterrizar con un sonoro golpe en el trasero en una de las hamburguesas de arroz. El barro le llegaba casi hasta los codos.
Naruto soltó un suspiro secreto de alivio al ver a Hinata caer al agua. No se alegraba de verla caer, pero si eso significaba que iba a poder hablar con ella, estaba más que dispuesto a aceptar el intercambio.
Sin embargo, no estaba tan seguro cuando se dio cuenta de que el precio de poder hablar con ella le incluía a él también en el agua. En cuanto tocó el lugar donde Hinata había tropezado, cayó de bruces en el arroz junto a Hinata. Sus piernas se agitaron frenéticamente en el aire mientras intentaba sacar la cara del barro. Cuando por fin lo consiguió, miró a Hinata, que estaba sentada a su lado en el agua. Aún tenía las mejillas manchadas de lágrimas y respiraba con dificultad, aunque él no sabía si era por el llanto o por la carrera.
Mierda. Había metido la pata hasta el fondo.
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"¡SORA!" Yasu gritó.
Sora seguía mirando por la ventana desde su asiento en la encimera de la cocina. "¿Sí, Yasu?"
"Sora ¿qué estás haciendo?"
Ella agitó una mano vaga hacia la ventana. "Estoy viendo a Naruto y Hinata. El chico se ha metido en un agujero muy profundo".
Yasu se acercó a Sora. "Vi cómo tus ojos se ponían morados. ¿Qué les estás haciendo a esos pobres chicos?". Ella miró por la ventana y gimió. "Sora, ¿les has hecho tropezar?"
No apartó los ojos de los niños de la ventana, pero soltó una risita. "Tal vez.
"¡Sora!"
"Sólo me aseguro de que hablen. ¿Ahora vas a mirar o no?"
Yasu miró a Sora e hizo un pequeño zumbido. Entonces ella se levantó graciosamente encima del contador al lado de Sora para conseguir una mejor vista.
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Naruto - Lazos de Nuestro Destino ✔️
SonstigesNaruto Uzumaki, el enérgico joven ninja, siempre había soñado con convertirse en el Hokage y proteger a su aldea. Un día, el destino dio un giro inesperado cuando Jiraiya, su estimado mentor, no pudo acompañarle en su viaje de entrenamiento. En su l...