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Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Naruto

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Capítulo 43

Hinata se derrumbó en los brazos de Naruto, mientras caían en su sofá. Tras el combate, Hinata se había comportado como la heredera que era. Era irritante, agotador y angustioso. No se sentía como quien era... sabía cómo ser esa persona, pero no era lo mismo que ser esa persona. Se habían marchado a la primera oportunidad, y habían ido directamente a casa de Naruto. Hinata estaba agotada.

"¿Estás bien, Hina-chan?". Ella se acurrucó en sus brazos. Sentía como si el mundo la oprimiera y los brazos de Naruto lo impidieran.

"Sí", dijo débilmente. Naruto frunció el ceño, aunque Hinata no podía verle la cara en su posición actual, y le acarició lentamente el pelo.

Le resultaba difícil comprender lo que ella sentía. Habían podido ver muchas dinámicas de clan de cerca con los Kaze, y sin duda era una experiencia esclarecedora, pero era algo totalmente distinto tener esa expectativa y ese peso sobre los propios hombros. Sin duda, Naruto podía comprender lo que era que se esperara de uno que fracasara, pero que cada fracaso contara tanto para tantos... era algo difícil de conseguir.

Pero Naruto no tenía que comprender ese sentimiento para saber que, de hecho, Hinata no estaba bien. Sentía una cierta comodidad al estar con ella que no había sentido en su vida antes de su viaje, y con ella llegó una especie de comprensión.

"Hina-chan... dime qué te pasa...". Hinata se hundió más en sus brazos, esperando que los malos sentimientos desaparecieran.

"Es muy duro -dijo en voz baja- salir ahí fuera y hacerlo lo mejor posible, sabiendo que no significa nada para la gente que te está mirando. Se espera que mucha gente fracase... pero que las cosas en las que tienes éxito no signifiquen nada... duele".

Naruto asintió, sin saber qué responder. Así que se limitó a abrazarla, rodeándola con sus brazos de forma protectora, como si él mismo fuera a alejar los malos sentimientos. Hinata, por su parte, sintió que eso era exactamente lo que él hacía.

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"Yasu, Miki te necesita". Sora estaba, cuando menos, molesto. Yasu estaba mejorando, mucho. Comía con regularidad, hacía otras cosas que mirar a lo lejos, e incluso había vuelto a entrenar. Sin embargo, de vez en cuando se sumía en una especie de caparazón en el que volvía a ser incapaz de realizar las tareas más sencillas.

Y era un poco molesto.

"¡Miki tiene hambre y no se calla!" Sora quería a Miki... sólo que a veces no le gustaba cómo actuaba. Se pasó las manos por el pelo mientras esperaba la respuesta de Yasu... Ahora eran puntas. Puntas rubias y brillantes.

Yasu miró por la ventana como si no hubiera oído nada de lo que había dicho Sora, pero al cabo de unos instantes pareció volver y se enfrentó a su antigua amiga.

"Lo siento... recuerdos...". Sora se mordió la lengua mientras Yasu pasaba para ir a ayudar a su hija, y suspiró. Esto se estaba convirtiendo en una situación muy agotadora.

Naruto - Lazos de Nuestro Destino ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora