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Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Naruto

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Capítulo 13

Sora había decidido finalmente sacar a los dos de la montaña, aunque no fuera a la civilización.

"Tengo que asegurarme de que los dos podéis girar bien antes de entregaros a Nori. Así que vamos a bucear".

"¿A bucear?" había preguntado Hinata.

"Mmmhmm. Conozco un sitio genial donde podemos practicar buceo para que le cojáis el truco a dar vueltas".

"¡Pero estamos en octubre!"

Sora se encogió de hombros. "Así que tendréis que usar chakra para manteneros calientes. Es un buen entrenamiento".

Se decidió que Naruto podría arreglárselas en calzoncillos, pero Hinata no estaba dispuesta a ir a nadar en ropa interior. De todos modos, no estaba nada convencida de que nadar fuera una buena idea. Pero, por mucho que Naruto protestara, Sora no se dejaría convencer. Tenía que enseñarles a bucear.

Por desgracia, la falta de bañador de Hinata significaba que Sora estaba en uno de los almacenes rebuscando entre su ropa vieja, declarando que probablemente tenía un bañador viejo que podría ponerse.

La mente de Hinta no dejaba de volver a la imagen de Sora con el vestido de encaje y el estómago se le revolvió incómodo.

"Ano, ¿Onee-chan? ¿Estás segura de que quieres...?" Su voz se entrecortó.

Sora levantó la vista de donde estaba rebuscando en una de las cajas. "Vaya, Hinata, hacía meses que no sonabas así. ¿Te pasa algo?"

"Ano, no, es que...".

"¡Ah HA! ¡Aquí hay uno!" Sora sacó un puñado de retazos negros y se los lanzó a Hinata. "Ve a probarte ese, sé que tengo otro por ahí en alguna parte". Se dirigió a abrir otra caja.

Hinata bajó tímidamente el bañador a su habitación. Tirando de un biombo en una esquina, se quitó la ropa y se puso el bañador. Tenía dos piezas, ninguna de las cuales tenía mucha tela. La parte de arriba se ataba por delante y parecía apretarle los pechos. La braguita, muy pequeña, se ataba a los lados.

Un pequeño tirón y todo se saldría. Tendría que usar chakra sólo para mantener el traje puesto, y más para evitar la hipotermia.

Llamaron a la puerta y ésta se abrió sin esperar respuesta. "Ne, Hina-chan, ¿cómo va la búsqueda del bañador?".

Hinata se arrinconó contra la pared de detrás. ¿Qué demonios hacía él aquí? "Na, Naruto-kun..."

"¿Tienes uno puesto ahora?"

Ella se sonrojó. "Hai, demo..."

"¿En serio?" Y de repente la cabeza de Naruto asomó por el borde de la pantalla.

Los ojos de Hinata se abrieron de par en par, su rubor aumentó y su boca se abrió en un grito ahogado. Naruto se había quedado helado. No se le había ocurrido que ella llevara algo más que un bañador de una pieza. Eso... no era un traje de una pieza. Vaya. Él no se había dado cuenta de que ella tenía tan bonito...

Naruto - Lazos de Nuestro Destino ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora