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Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Naruto

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Capítulo 33

Decir que Hinata tenía miedo de Naruto no habría sido lo más acertado. Tener miedo no era un estado extraño en ella. Tenía miedo de decepcionar a su padre, de luchar contra Neji, de cualquier cosa por encima de una misión de clase C, de llegar a ser jefa de su clan, de los Kaze y de los Akatsuki. Claro que tenía miedo, pero era una emoción con la que había llegado a lidiar a lo largo de los años. Lo que vio ahora no sólo la asustó, sino que la estremeció hasta la médula. En el lugar donde Naruto había estado unos segundos antes, ahora había una masa furiosa y arremolinada de chakra rojo sangre intenso. Se extendía en largas y agitadas extremidades, destruyendo todo aquello sobre lo que caía. El cuerpo de chakra se movía hacia dentro y hacia fuera como si respirara, y la superficie ondulaba con una extraña vida. Era horrible, inhumano y aterrador. Pero lo peor era que, a pesar de todo, podía ver a Naruto. Estaba allí, con las mejillas llenas de rayas dentadas como bigotes, los ojos salvajes y amarillos y el cuerpo agachado como un animal.

Vio cómo la extraña mezcla de la imagen de Naruto y el chakra demoníaco se lanzaba hacia Kisame. De repente, a Hinata se le ocurrió que, o bien parecía no tener ni idea de lo grande que se había hecho, o se había olvidado de que Miki y ella estaban allí. Mientras él volaba por el aire apuntando entre ella y Kisame, ella apenas consiguió girarse y correr a tiempo para salir del alcance de sus colas antes de que él aterrizara.

Naruto golpeó el suelo con un rugido y se lanzó directamente hacia Kisame, con el Rasengan extendido delante de él. Su oponente respondió levantando la espada y cortando la bola de chakra en dos. Evidentemente, esperaba que siguiera avanzando hasta cortar la mano de Naruto, pero en lugar de eso, Naruto atrapó limpiamente la espada con su mano de chakra. La espada empezó a absorber el chakra y la mano se arrugó, el brazo se convirtió en una fina cuerda. Presionando la mano, Kisame forzó la debilitada palma de Naruto hacia atrás.

Los ojos de Kisame se abrieron de golpe cuando Naruto le sonrió y sus colas salieron volando alrededor de su cuerpo hacia el hombre. Doblando las rodillas, el desaparecido ninja saltó en el aire, con su pelaje ondeando al viento. Unos cuantos sellos rápidos y un aluvión de agua cayó sobre Naruto. Naruto gruñó y se dio la vuelta, enviando ondas de agua por todas partes.

Hinata abrazó a Miki más fuerte contra su cuerpo cuando una de las olas chocó contra ellas, dejándola empapada de pies a cabeza. Se apartó el flequillo mojado de la cara, e hizo una mueca mientras las colas azotaban el aire, creando un extraño sonido al romper las copas de las plantas de arroz. Vio cómo Naruto doblaba las piernas y saltaba hacia Kisame, que descendía.

Naruto juntó las manos, no las que estaban cubiertas de chakra, sino las de carne y hueso, y empezó a sellar rápidamente. Segundos después, una enorme explosión de llamas rojas y moradas estalló frente a él, envolviendo a Kisame.

Hinata no pudo ver lo que ocurría dentro de la bola de llamas, pero los dos hombres debieron de chocar entre sí, porque lo siguiente que supo fue que estaban volando por el aire en direcciones opuestas. Kisame, con el abrigo aún en llamas, aterrizó en el tejado de la casa. Las llamas parecieron ser absorbidas por su espada mientras ésta devoraba el chakra que las alimentaba, pero no antes de que algunas escaparan hacia el tejado de paja de la casa. Salieron disparadas por el tejado, enganchándose en las hierbas secas. Se levantó, arrancándose los restos carbonizados de su abrigo.

Naruto - Lazos de Nuestro Destino ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora