Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Naruto
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Capítulo 32
Yasu irrumpió por la puerta principal para ser recibida por la visión de una gran espada escamosa que se clavaba a través de su preciosa pared de arcilla y succionaba el chakra de la misma. Sintió cómo le arrancaban el chakra de la defensa y calculó mentalmente cuánto tiempo le quedaba hasta que se derrumbara. Yasu maldijo en voz baja: tenía menos de un minuto.
Corrió hacia la parte trasera de la casa y se colocó junto a la pared, iniciando rápidamente un jutsu que impediría que Miki y ella fueran alcanzadas por el veneno del exterior. Una vez que el escudo cayera, el hombre de fuera se dirigiría a la casa y ella podría huir. Cuando tuviera a Miki a salvo en algún lugar, podría volver a por Nori.
La pared empezó a ondularse y a desintegrarse delante de ella. El barro cayó a sus pies en grandes trozos. Metió las manos recubiertas de chakra y sacó más barro de delante de ella, creando un agujero lo bastante grande como para deslizarse por él. Se agachó para subirse la falda por encima de las rodillas y poder atravesar la salida.
Había conseguido pasar con una pierna cuando una voz procedente de detrás la detuvo.
"No me digas que huyes", se burló.
Se dio media vuelta para mirar por encima del hombro. La capa oscura del hombre se arremolinaba a su alrededor, de pie, con la espada apoyada en el hombro. La miró con desprecio y ella endureció los rasgos. Podía atribuir al sol y al viento la extraña textura de su piel, pero no el color gris teñido de verde. Se preguntó brevemente si alguien sabía cómo había llegado a ser así; cómo se habían transformado sus rasgos físicos para coincidir con la inspiración que había detrás de su espada. Seguramente no podía haber nacido así, pero no se le ocurría de qué otra forma podría haberse realizado el procedimiento.
Empezó a levantar las manos para formar sellos cuando un enorme chorro de agua atravesó el agujero que había hecho en la pared, cogiéndola desprevenida y lanzándola por los aires hacia la casa. Se retorció en el aire para proteger a Miki y acabó estrellándose de bruces contra el lateral de su casa con un asqueroso chapoteo.
Se dejó caer al suelo y se metió las manos en las mangas del kimono. Apoyó la mejilla en el lateral de la casa y miró a su enemigo con los ojos parcialmente abiertos y nublados. Estaba de pie sobre ella, sonriendo ante su forma arrugada.
Ella gimió como si sufriera un terrible dolor y empezó a sellarse dentro de las mangas. Había una razón por la que la mayor parte del chakra para las defensas de la casa se había puesto en el suelo. Aún estaba en buenas condiciones y le quedaba mucha lucha.
Kisame levantó la espada por encima de su cabeza, dispuesto a hacerla caer sobre ella. Se apresuró a terminar sus sellos antes de saltar. "¡Huracán del Desierto no Jutsu!", gritó por encima del sonido de la espada creando un enorme agujero en el lateral de su casa.
Kisame dejó caer la espada y levantó las manos para sujetarse la cabeza. Yasu aprovechó la oportunidad para darse la vuelta y huir. El Huracán del Postre era una técnica poderosa, y aunque no le retendría una vez que ella se hubiera alejado demasiado de su alcance como para seguir alimentándola con chakra adicional, eso, combinado con el tiempo que tardaría en recuperarse de sus efectos, debería darle un tiempo de huida bastante efectivo. Ahora mismo, Kisame se sentía como si le estuvieran zarandeando como a un muñeco de trapo a través del abrasador aire caliente del desierto. Una vez roto el jutsu, aún tardaría un rato en sentir que podía respirar de nuevo y encontrar el equilibrio en su oído interno. Con un poco de suerte, para entonces ya se habría ido.
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Naruto - Lazos de Nuestro Destino ✔️
AcakNaruto Uzumaki, el enérgico joven ninja, siempre había soñado con convertirse en el Hokage y proteger a su aldea. Un día, el destino dio un giro inesperado cuando Jiraiya, su estimado mentor, no pudo acompañarle en su viaje de entrenamiento. En su l...