NO SOY ELLA

Capítulo 14.

Perdón por errores ortográficos.

—Aarón —le digo.

—Emily — ve detalladamente el abrigo que llevo puesto.

—¿Qué haces aquí? —le pregunto.

—Vine a verte, pero tú no estabas. —me dice con la vista fija en la camioneta que no se mueve.

—¿Dónde andabas? —cuestiona.

—Subamos, hablemos a dentro. —le pido, para así poder ser honesta con él en la privacidad de mi departamento.

Subimos en silencio y sujeto su mano, pero él me la suelta bruscamente. No intento volver a tomársela, es obvio que está molesto. Y su molestia me molesta a mí. Si esto es un arranque de celos, está jodido, porque el mismo quería que yo realizar esta operación para poder volver a la normalidad.

Entramos a mi apartamento, hago lo que Liam me pidió para que ellos se larguen.

Aaron me ve con extrañez, pero su aguda mente comprende él ¿Por qué? De hacerlo cuando se asoma a la ventana y la camioneta ya no está.

—¡¡Dime por favor que no estabas con Doyle!!—exclama y hago de todo para no blanquear los ojos

—No estaba con Doyle —le digo de la manera más falsa. Me mira irritado.

—¡¡No mientas!! —me dice elevando un poco la voz.

—No miento, tú me dijiste que te dijera que no estuve con él. Y eso repetí. —le digo y puedo ver como el enojo crece cada vez más en él.

—Quítate el abrigo y deséchalo, es obvio que no es tuyo. —me dice y me arreglo más el abrigo. ¿Quién se cree para dictaminar qué puedo o no usar?

—No. —le digo secamente.

—¿Él te dio esa comida? —pregunta acusadoramente.

—Sí.

—Por qué demonios te empeñas en utilizar y tomar las cosas que ese hombre te da.

—He tolerado que utilices el collar del cisne, porque sé que amas los cines. Pero demonios Emily, su abrigo, no puedes usar eso.

— Aceptar comida de su parte es estúpido, ¿Qué te consta que no está contaminada?—dice con voz a un más fuerte.

—Yo misma la tome del restaurante, él no tocó la comida Aaron, relájate. —le pido.

—¿Por qué te la dio, qué hiciste para que te la diera? —pregunta altamente molesto. Me fastidia su aptitud y estoy a punto de decirle que nada, pero no voy a perder la oportunidad de molestarlo.

—¿Qué crees que hice Aaron?

—Usa tu cerebro de superagente y piensa que pude hacer, para que él creyera qué tenía hambre. —me rio.

—¿Después de qué, comemos tú y yo? —le pregunto para hacerlo enojar más.

Me ve enojado y golpea la mesa de mi comedor.