Capítulo 16.

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Perdón por errores ortográficos.

Pov Emily Prentiss.

Maldita sea el dolor de cabeza que siento. Mi juventud fue un poco loca, lo admito, pero en ese entonces podía hacer estupideces y al día siguiente estar bien, pero vamos, ya no tengo dieciocho, tengo treinta y cinco años, y el hijo de perra de Ian considero oportuno darme una dosis de droga para según él, durmiera sin ningún problema como un bebé.

Las esposas que me atan a la maldita silla empiezan a lastimarme. Trato de zafarlas, pero no tengo éxito alguno.

El calor del lugar es sofocante y sumarle mi dolor de cabeza, más el dolor en mis muñecas, estoy frustrada.

Envidió en gran manera a Lauren, quien está en la misma posición que yo, lo único es que ella sigue inconsciente y, por lo tanto, no siente nada.

Quisiera tener mis pies libres y patearla para que sufra la fatiga esta, al fin y al cabo estamos aquí por ella y su estupidez.

Al parecer Ian se cansó de verme sudar, ya que enciende la ventilación de la sala, dándome la así la oportunidad de que mis pulmones puedan respirar aire que no se siente como fuego.

Mediante se va enfriándose el lugar, empiezo a ver a Lauren moverse, se está despertando. Es una lástima que no haya sentido calor como yo. Dios sabe que merece sufrir.

Lentamente, la veo abrir los ojos y por un momento se ve humana, se ve tan tranquila, hasta que ya no lo es. Su cara se contrae por el dolor de cabeza, sonrió de lado al saber que sufre un poquito.

Al igual que yo, lucha tratando de liberarse de las ataduras. -Maldita sea, deja de hacer eso- le digo cuando ya me estreso verla luchar, no va a conseguir zafarse, yo ya lo intente. Y nada

-¡¿Qué rayos haces aquí?! -grita.

-Escribir un libro, no me ves -le digo con sarcasmo.

-¿Qué demonios hiciste? -me dice y mi boca se abre. -Eres una maldita descarada. ¿QUÉ HICE? Pues confíe en ti, ¿y tú que hiciste? Me vendiste a un rival de Ian por dinero.

-¿Y qué paso? -me burlo -Te salió el tiro por la culata, te quedaste sin dinero y caíste en las garras de quien huías. Estás en una posición difícil Lauren.

Se burla -¿Y tú no? Mírate, tú también estás esposada, atada, y retenida en contra de tu voluntad como yo. Así que no estoy, estamos en una situación difícil. -dice antes de quedarse callada un rato.

-Dilo que tienes en mente. -le ordenó ya harta de su silencio.

-Sabes Emily, nos odiamos mucho, pero ambas queremos vivir, y eso solo va a pasar si trabajamos juntas una vez más-me propone. Y no responde con mi característico sarcasmo hacia ella, ya que Ian al parecer decidió hacer su aparición estelar. Lo escucho abrir una puerta y hablar a tras de mí, no puedo verlo, pero Lauren sí.

-Siempre tan manipuladora Lauren, ha pasado más de una década y no cambias. ¿Qué ibas a sugerirle a Emily para salvar tu pellejo? -dice mientras pone sus manos en mis hombros y los acaricia. Los ojos de Lauren van directo a las manos de Ian.

-¿Le ibas a recomendar follar conmigo para salvarte Lauren? Déjame decirte que eso no va a salvarte. -le dice antes de dirigirse a mí.

-¡Hola, Emily! ¿Dormiste bien? -me pregunta antes de besar mi mejilla. Los ojos de Lauren disparan dagas hacia mí.

Giro mi rostro, -¡Dormí como un bebé! -le digo con sarcasmos y se ríe.

-Sabía que esa bebida te ayudaría mucho. Fue una buena elección de mi parte -se jacta de sí mismo.

NO SOY ELLA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora