Capítulo 15.

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Perdón por errores ortográficos.

Lauren Reynolds.

Con las manos en el volante y junto al hombre sentado a mi lado siento una satisfacción al ver a la estúpida de mi nueva amiga Emily bajarse de su propio auto.

—Te dije que vendría—Le digo altiva al que no creyó en mí.

—Eres competente Lauren, y si no lo fueras, créeme, yo no estaría aquí. Y ya te habría matado hace mucho tiempo.

—Tú y tus amenazas, ¿No te cansas de repetir lo mismo?— se ríe.

—Siempre has sido tan contestona. Deberías aprender a estar más callada. —dice y entorno los ojos. Él no hace nada y siempre se cree el más inteligente de la sala.

—Emborráchala, platica con ella, no sé, haz que baje la guardia. Y luego iré por ella.

—¿Me daras el dinero del rescate, cierto? —le pregunto.

—Por supuesto, tengo dinero de sobra, no necesito el de Doyle.

—Presumido.

—Lauren, ¿Tanta es tu hambre que tu única opción para no morir de hambre es quitarle a Doyle algo que quiere? ¿Sabes que si te ve va a matarte, no? —dice burlesco el bastardo de Kesler.

—La vida con lujos no se paga sola. —se ríe.

—A veces eres muy estúpida. Y el hecho de que te casaras con Ian lo demuestra, tu mayor estupidez fue eso. —dice y ahora soy yo quien se ríe.

—¿Estúpida? —le pregunto y asiente. —Te ofrecí el mundo hace veinticinco años y me rechazaste por Ian. Y mírate ahora, como estas por él. Llegarás a un punto donde tus preciadas cuentas llegaran a cero y ¿Estas lista pare a empezar a vender tus joyas caras Lauren? —me pregunta y la respuesta es obviamente no.

Es por eso que estoy dispuesta a todo. Sin importar lo inhumano, qué sea.

—No.

—Tus problemas monetarios no son culpa del juguete nuevo de Ian. Deberías ser más consciente y resolver tus problemas tu sola y no usar a otros. —me dice y realmente no me creo que este maldito criminal me esté sermoneando sobre como ser buena persona.

La risa que suelta es simbólico de que bromeaba. Pero aun así, me puso de mal humor.

Me bajó del auto y lo dejo solo, sigo el mismo camino que Emily cruzó hace un momento. Fácilmente, la veo sentada en la barra y me acerco a ella.

—Llegaste rápido, me has ganado. —le digo embozando una sonrisa qué se puede considerar cálida.

—No había tráfico—me responde una manera fría casi cayendo a lo hostil.

—¿A qué se debe ese humor?—le pregunto y su expresión se vuelve a un más fría.

—No tengo ni la menor idea de que planea el loco de tu exmarido, pero algo voy a decirte y es que puedes ir al infierno con tu plan de que juegue con su mente.

—Hoy cuando termine de ducharme, él estaba en mi casa, literalmente me obligó a salir y me llevo a un lugar porque tenía una sorpresa para mí.

—¿Quieres saber cuál era la sorpresa Lauren? Las cabezas de un par de hombres que intentaron matarme. —me congeló cuando escucho eso. Mato al equipo táctico de Kesler por ella.

—Luego de eso me dijo que me entregaría el mundo entero si así lo quisiera, pero que yo me entregaría voluntariamente a él primero.

—Luego me dijo que él sabía que yo intentaba seducirlo y me amenazo de que si volvía a hacer eso me —se queda trabada y mira hacia los lados con miedo.

NO SOY ELLA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora