Capitulo 4

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Anteriormente ...

–"Si, yo también lo recuerdo, muy bien"- dijo por lo bajo Sungmin, intentando no recordar ese momento, pero le resultaba imposible, los recuerdos una vez que se liberan no se detienen tan fácilmente.

*Flashback*

Era una tarde de invierno, las calles estaban cubiertas de una espesa capa blanca que impedía la fácil movilidad de los vehículos, las aceras parecían pistas de hielo de lo congeladas que estaban, y los pocos peatones que allí se encontraban, tenían problemas para caminar sin resbalarse y estampar sus cuerpos contra el congelado pavimento.

El cielo, nublado, anunciaba una pronta tormenta, llena de truenos y mucha mas nieve, haciendo que los pocos establecimientos cerraran sus puertas mas temprano para que sus dueños llegaran sanos y salvos a sus casa antes de que se destara dicha tormenta.

En un pequeño edificio, de paredes grises, alguna que otra grieta y filtraciones evidentes por todos lados, muchas de las ventanas no tenían vidrios, algunas tenían solo una cortina de tela que las cubría para proteger a sus pequeños habitantes, aunque no servían de mucho contra la ventisca que azotaba con sus ráfagas de aire frio.

Un joven de unos 8 años de edad, cabellos castaños, piel blanca, y unos ojos de un hermoso color dorado, observaban con aprensión a las nubes grises que se iban acercando cada vez mas.

Suspirando se volvió a su habitación a mirar al pequeño, aunque mayor en edad, envuelto en sabanas que lo acompañaba. Solo se podía observar una mata de cabellos rubios asomarse de entre las delgadas sabanas, escondiéndose del frio. –"Parece que será otra noche fría Minnie. Veré si puedo conseguir otra cobija para los dos. Esperame aquí si?"- dijo mientras caminaba hacia la puerta, la cual luchaba para sostenerse con sus enganches.

El pequeño de cabellos rubios, alzó la cabeza y dejó a la vista unos ojos de un azul zafiro tan penetrantes que lograban hacer que cualquiera se ahogara en su profunda mirada, y asintió mientras observaba a su compañero salir a los grises pasillos en busca de alguna otra fuente de calor.

Pasaron solo unos 5 minutos cuando la puerta volvió a abrirse, Minnie, pensado que era su amigo quien regresaba, levantó su pequeño rostro y sonrió –"Kyu?"- pero dicha sonrisa se desvaneció al ver que no era su amigo Kyu, sino el dueño del orfanato. Un hombre alto, y gordo, de ojos negros llenos de rencor, actitud severa y poca paciencia para los niños

. Nadie sabe como alguien como él llego a ser dueño del orfanato, solo se sabe que el antiguo dueño murió repentinamente una noche, y el hombre actualmente caminando lentamente hacia Minnie, heredó el orfanato, haciendo que este se fuera descuidando y decayendo con el pasar de los meses.

Sungmin, el pequeño de cabellos rubios, observó con ojos muy abiertos y asustados como el hombre se iba acercando cada vez mas y sonreía maliciosamente. Sungmin no quería que se acercara, había escuchado historias de los otros jóvenes, como el hombre se los llevaba al sotano, en donde los torturaba a manera de diversión, nunca hacia nada de connotación sexual, solo disfrutaba ver como lloraban y rogaban por su libertad. Un sádico, hambriento de sufrimiento ajeno.

El hombre, ya a pocos centímetros de Sungmin, lo tomó por los cabellos, soltando un grito de dolor, y se lo llevó a rastras, a través de la puerta, caminando por el pasillo con paso seguro hacia las escaleras que daban al sotano. Sungmin al ver hacia donde se dirigía comenzó a forcejear y golpear la mano que lo tenia captivo, gritando que lo soltara, pero sin resultados.

Por las puertas de los pasillos, se podían observar algunas cabezas de niños, averiguando a que se debía el alboroto, y muchos al darse cuenta de lo que pasaba, se escondieron en sus habitaciones, temiendo que si llegaban a intervenir también sufrirían el mismo destino que la victima. Uno de los jóvenes, de cabellos negros y ojos azabaches, con ropas viejas y remendadas, observaba con miedo como su amigo era arrastrado hacia una puerta y desaparecia tras esta silenciando así sus gritos.

Legión de Ángeles. (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora