Legión de Ángeles. (Yaoi)

Capitulo 1

CAPITULO 2

-"Oh no, oh no, demonios, demonios! Yesung me matará! ... no... lo matará a ÉL y a mi me castigará por dejar que me tocara!"- pensó Ryeowook con miedo mientras corría por la calle a toda velocidad como si el mismísimo demonio lo persiguiera. -"Lo cual no es del todo equivocado" -murmuró para si, jadeando y respirando con dificultad mientras doblaba una esquina y veía aparecer una casa, no, una mansión, cuya construcción se remota a muchos siglos antes dándole un aspecto algo tosco, antiguo y victoriano que para muchos despedía un aire "embrujado" lo cual está muy lejos de la realidad. No son fantasmas lo que esconden sus paredes.

Ryeowook casi cae por la escalinata principal debido a su desespero por entrar, llegar a su habitación (la cual comparte con Yesung), desprenderse de su intoxicada ropa y darse un baño para eliminar ese horrible aroma dejado como evidencia del contacto con ÉL.

Se suponía que la casa estaría sola, porque todos estaban en clase, y las figuras paternas se encontraban en un retiro "para descansar de ustedes cuerda de mocosos insolentes, irrespetuosos y desobedientes! Teeuki suelta la puerta de una vez!!" había dicho tan sutilmente Kangin, mientras trataba de soltar a un exasperado Leeteuk del borde de la puerta quién se negaba rotundamente a dejar a sus "niños" solos mientras vociferaba "No! No me obligues! No puedo abandonar a mis bebes! Me necesitan!!" dijo agarrándose fuertemente y poco a poco resbalando hasta que Kangin logró soltarlo y llevárselo a rastras hasta el carro.

Con lo que no contaba Wookie, o mejor dicho falló recordar fue de la conexión que compartía con Yesung, ya que justo al terminar de subir por las escaleras que daban al 2do piso, chocó contra algo, o mejor dicho alguien, lo que casi ocasiona que se tropiece y caiga a trompicones por las escaleras. Unas manos pequeñas pero fuertes lo sujetaron por ambos brazos al nivel de los codos y lo sostuvieron para evitar dicha caida.

Al levantar la mirada, luego del susto que llevó al casi caer, sus ojos se posaron en unos de color azabache cuya mirada era de confusión, rabia y si mirabas bien algo de miedo. Wookie quedó mudo al mirar a los ojos de Yesung. –"Ye—Yesung... "- titubeó al darse cuenta que su novio lo había alcanzado.

-"Wookie...."- dijo Yesung con su tono de voz melodioso, pero con un toque de reproche en la manera que decía el nombre del joven. Yesung soltó los brazos de Wookie e hizo ademan de agarrar su mano para alejarlo del borde de la escalera, dando cuatro pasos hacia atraz y acercándose para darle un pequeño beso, pero en el momento en el que posó suavemente los labios sobre los suyos, se detuvo en seco al notar algo extraño que emanaba de sus ropas, y de otras partes. Se alejó lentamente hasta estar al frente de él y posar su mirada ahora tornada dura y penetrante, pasando su lengua por sus labios al detectar el mismo "sabor" que desprendían sus ropas.

-"Ryeowook..."-

Wookie, tembló al escuchar su nombre completo de los labios de su novio, eso nunca era bueno, siempre que decía su nombre completo significaba que el mayor está molesto... MUY molesto. Dirigió una mirada temblorosa y con miedo, no por si mismo, no, Yesung jamás lo lastimaría, pero sus regaños no eran algo que anhelaba recibir. Posó sus ojos en los del mayor y con una voz muy baja, temblorosa, casi un suspiro dijo – "Di—dime Yesunggie"-

Los irises de Yesung, normalmente un negro azabache comenzaron, si era posible, a oscurecerse mas, esparciéndose hasta cubrir todo el ojo, dándole un aura sombria, algo tenebrosa y mostrando la liberación de la oscuridad que recorre por su sangre.

-"Ryeowook, podrías explicarme el porqué saliste corriendo del colegio, solo, y sin avisarle a los demás, o mejor dicho sin decirme a mi a donde ibas? Sabes lo mucho que me preocupé cuando no regresaste del baño? Lo vuelto loco que está Heechul? Y, por si fuera poco... me podrías explicar... Por qué tu ropa está impregnada de SU olor y mas que todo TUS labios??!!"- dijo Yesung en una voz baja, pero sin perder el tono molesto y enojado, sus manos temblaban y se comenzó a formar una capa gris, como el humo, a su alrededor, cubriendo todo su cuerpo.