Leeteuk salió de la habitación del rubio, cerrando la puerta lentamente, y soltando un suspiro de tristeza. Como le dolia ver a cualquiera de sus pequeños bebés en ese estado tan deprimente, sin saber que hacer para hacerlos sonreir de nuevo, o por lo menos lograr que salga de ese encierro. Pero sabia que él no era el indicado para eso, y solo la persona que si lo era, podría sacarlo de allí. Lastimosamente esa persona es la misma que lo volvió asi. K.
Suspirando de nuevo, fue a la cocina a preparar un poco de sopa con fideos, feliz de que por fin el pequeño se dignó a comer algo, bajo algo de amenaza pero comerá. Comenzó a sacar todos los ingredientes de la nevera, mientras tarareaba una melodía para si, estaba tan concentrado que no se percató cuando una presencia se adentró en la cocina y se quedaba observándolo desde el umbral de esta, mirando como su pareja movia el cuerpo al ritmo de la melodía que tarareaba.
Sin más, esa figura, se fue acercando lentamente y con paso decidido fue en dirección del menor, logrando que este se sobresaltara al sentir un par de brazos rodearle por la cintura y atraerlo hacia su pecho con cariño.
-"Por fin comerá algo?"- preguntó mientras le daba de a besos en la mejilla y bajaba lentamente por su cuello, provocándole cosquillas y que riera por lo bajo.
-"Si... logré que comiera un poco de.. bastaa! Jajajaja me haces cosquillas!"- se quejó el rubio safandose del agarre del mapache, quién solo se reia al ver su cara sonrojada.
-"Esa era la idea...(dijo con tono picaro)... que le dijiste para que aceptara? Yo no pude hacer ni que tomara un baño..."-
-"Facil... amenacé con botar a la basura su colección de peluches si no se bañaba y bajaba a comer en los próximos 10 minutos, y asi de fácil salió corriendo a ducharse"- dijo Leeteuk, mientras revolvía los contenidos de la olla hirviendo, hechandole un poco de especias para darle sabor.
Una sonora risa retumbó en las paredes de la cocina al decir esas palabras. De solo imaginarse el enorme puchero lleno de terror del pequeño la risa comenzaba de nuevo.
-"Appaaa deja de reírte! Aturdes a mis orejitas!"- se escuchó decir una vocecita entrando a la cocina.
Al voltearse, vieron como el pequeño rubio estaba vestido en su pijama de pantalón rosado y una camisa vieja de Kangin que le quedaba enorme, el cabello mojado por la ducha y el rostro arrugado mientras se tapada las orejas y miraba a su padre como si fuera una especie de contaminación sónica.
Kangin, al ver al rubio dejó de reírse, aunque de vez en cuando sonreía de forma divertida. Leeteuk, habiendo terminado de cocinar, le pidió a su pareja que colocara lo ayudara a colocar los paltos en la mesa, mientras hacia un jugo de fresa. El mayor se movió sin chistar, buscando tres platos de la alacena y colocándolos en la mesa, donde un impaciente rubio ya se encontraba sentado.
Suspirando con tranquilidad, el mayor, acarició los cabellos de su hijo en señal de cariño y como tratando de hacerlo sonreir aunque sea un poco, sintiendo triunfo en su corazón al ver que este daba una pequeñita sonrisita cuando le despeinaban el cabello.
-"Me alegra verte sonreir de nuevo bebé"- le dijo sentándose a su lado y mirándolo fijamente, detallando cada centímetro de su rostro. Sus ojos aun se les veía un poco rojos e hinchados por llorar casi todos los días, sus mejillas estaban sonrojadas por las palabras que le dijo, y algo infladas en señal de que formaría un puchero tarde o temprano, y como si fuera magia, el pequeño labio inferior del rubió salio un poquito y tembló de pena, bajando la cara, evitando que lo siguiera viendo de esa manera tan penetrante.
Antes de poder decirle algo, o disculparse por volverlo a hacer que se sienta mal, un repentino golpe en su cabeza hizo que se volteara rápidamente quejándose.
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Legión de Ángeles. (Yaoi)
Fiksi PenggemarÁngeles. Divididos en dos mundos. Luz y Oscuridad. Cada mundo es responsable de proteger cierto poder que mantiene un balance entre el bien y el mal. Ambos mundos divididos por la guerra, pero unidos por amor, ya que para ciertos individuos no impo...