Kara Zor-El tenía todo bajo control: salvar el mundo, devorar cantidades absurdas de comida sin engordar, y creer firmemente que su vida amorosa era 100% hetero y estable.
Hasta que apareció Lena Luthor.
Astuta, peligrosa y diabólicamente atractiva...
Una chica en bata y lencería bajó las gradas de la dirección de la puerta del cuarto de Ruby, con su atuendo en mano.
Mía estaba en la cocina caminando de un lado al otro cuando la miró bajar las gradas. Fue unos segundos nada más que se puso en modo alerta sujetando un cuchillo. La mujer la miró levantando el cuchillo con una mirada feroz por unos segundos y con eso bastó para asustarla y salir corriendo del apartamento.
—Ugh...—suspiró Mía. —"soy una idiota, debo controlar mis nervios...que mierda me pasa? No vuelvo a beber alcohol".—Quiso impedir que se fuera pero no le dio tiempo. Andaba inquieta y con ansiedad pensando muchas cosas. Puso el cuchillo en su lugar y se fue de nuevo a la sala a hacer pechadas hasta cansarse y dormir de nuevo en el sofá. *********
0830 Am....
Ruby salió de su cuarto y al notar que La puerta del otro cuarto estaba abierta se asomó para ver cómo estaban las chicas, solo para darse cuenta de que ya no estaban.
Miró una carta sobre la cama que decía: "Lo sentimos! Debíamos regresar o Lauren le contaría a mamá que hicimos algo! Pero gracias! Nos divertimos!" —Lara y Kastia.
Luego una de Dinah diciendo que su papá la esperaba para empacar maletas.
Ruby asintió sola y se fue a la cocina a hacerse un desayuno. —Ahhh.—bostezó quitándose la camisa cosa que hacía en la libertad de su soledad. Cocinó unos huevos revueltos, tiras de tocino y unos panes tostados con café con leche. —mmmj.—Le dio un sorbo a su café y se giró.
—Hey Ruby—saludó Mía restregando sus ojos mientras caminaba casi sonámbula hacia el olor en la cocina.
—Pequeña Queens, hola —saludó sonriendo cordialmente Ruby, a lo que Mía se sonrojó por el apodo.
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—Oh por Dios! Estás desnuda, discúlpame! No me fijé—respondió rápido y nerviosa la menor, tapándose los ojos con ambas manos.
—Maldición... discúlpame a mi jejej, pero no pasa nada. Creía que estaba sola.—contestó tapando sus pechos con sus brazos cruzados y luego tomó su camisa y se la puso rápido.—Ya puedes ver...
Mía estaba con las mejillas rosáceas. Y miró entre sus dedos antes de tiempo a Ruby poner su camisa, para después apretar sus ojos más cerrados. —Ok... —dijo tratando de ocultar su nerviosismo tragando el nudo en su garganta.
—Amm...¿Quieres desayuno? —ofreció ya tranquila Ruby.
—S-Si, Si.—se maldijo mentalmente Mía mientras Ruby trataba de ocultar una sonrisa sin éxito, algo curiosa de su reacción.—iré al baño.