THE SILENT TREE (KTH&JJK)

INTRODUCCIÓN

NOVIEMBRE DE 1911

JOSEON

GUERRA DE LOS CLANES Y DERROTA DE KIM MIN-HYE

ASCENSO AL TRONO DEL CLAN JEON

La naturaleza expresa dolor a través de una lluvia intensa que rompe sin piedad las hojas de los árboles, transmite sufrimiento con fuertes ráfagas de viento.

En medio de aquel diluvio, una mujer usa todas sus fuerzas para mantenerse con vida un poco más, sólo unos minutos. La naturaleza intenta ser amable con ella, pero su desesperación la ha hecho perder los sentidos, así que envuelve con su pena el cuerpo herido que busca proteger.

Es la última oportunidad que Min-hye, la gran reina e hija favorita de la Luna, tiene para salvar a su familia. Sus queridos hijos que cree se encuentran atrapados en el palacio, eso ruega a todos los cielos.

A su paso deja atrás los cadáveres de aquellos que pelearon con valentía junto a ella en esta guerra injusta llena de crueldad, incluso en medio de su desesperación lamenta las pérdidas, les promete que buscará justicia para cada uno de ellos, cuando recupere su trono, su corona y el poder que le arrebataron. Sin embargo, en esos momentos le preocupan más sus hijos, su omega, que quedaron desprotegidos en medio del ataque.

Quiere confiar en que todo está bien, que alguien los escondió.

Por desgracia, cuando llega la verdad la golpea con la misma crueldad que una espada, descubre que sus esperanzas fueron tontas: no hay nada en aquella ruinas de lo que alguna vez fue su hogar.

Nada ni nadie.

La desesperación y el dolor atacan su pecho de inmediato, pero una presencia intrusa le quita la posibilidad de lamentarse al aparecer a sus espaldas.

—Majestad —llama una voz fuerte.

Se gira para mirar al recién llegado y siente que su cuerpo se paraliza cuando reconoce a quien la ha llamado. El otro alfa la mira desde su lugar, está igual de herido, su armadura rota y llena de sangre, pero los golpes en su piel parecen no afectarle, porque se ve feliz.

—Seo-wook —murmura ella con un hilo de voz.

El hombre sonríe con burla al tiempo que se cruza de brazos para mostrarse altanero.

—Gané —se jacta—, ahora soy el rey.

—¿Dónde está mi familia? —cuestiona, no le preocupa el trono en esos momentos—. ¡¿Qué hiciste con ellos?!

—Oh, Min-hye, ¿qué crees que les pasó? —Avanza unos pasos hacia ella, le dirige una mirada fría y burlona. Se toma unos segundos para observar las facciones de su rostro, deleitado por verla sufrir—. Están todos muertos.

Por unos segundos no hay ningún ruido, ni siquiera una reacción. Min-hye le sostiene la mirada mientras unas pequeñas lágrimas resbalan por sus mejillas, murmura su negación y se gira para observar el palacio destrozado, sin atreverse a creer lo que le dicen.

Pero la verdad la asalta cuando sus ojos le confirman que ahí ya no queda ni un rastro de lo alguna vez hubo, no hay personas.

Sus queridos hijos, su amado esposo... ya no están.

—No podía arriesgarme a tenerlos con vida y que volvieran a traicionarnos —declara Seo-wook sin el más mínimo remordimiento.

Los ojos de la reina se iluminan en granate, muestra de que su lobo ha decidido hacer acto de presencia por el dolor que esa noticia le provoca. Las pocas fuerzas que le quedan se acumulan en su pecho para ayudar a levantar su preciosa arma en contra del hombre frente a ella.