CAPÍTULO XXII

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La desaparición de Jimin abre paso a una nueva crisis. Hoseok tiene una preocupación mayor en la que enfocarse, por lo que en las reuniones habla principalmente de su esposo, apoyado por Nok-soo. Cada tarde Jungkook los escucha quejarse, ordenar más tropas para atacar al distrito Lee, no le muestran compasión aunque saben que hace todo lo que puede.

Después de discutir por días enteros, en los que incluso se privaron del sueño, el plan es intervenir de nuevo con un batallón de soldados entrenados por semanas para tener control completo sobre sus lobos, es una decisión tomada de último momento y un experimento que deben llevar a cabo con nada más que la esperanza de tener buenos resultados. Sobre todo porque no saben cuándo se llevará a cabo esa locura de hacer que los niños peleen por su vida, no ha llegado un anuncio oficial, pero temen que lo haga pronto. Todos saben que deben acabar con la guerra interna cuanto antes.

Debido a las declaraciones de Taehyung, él debe quedarse en el distrito, tiene seguridad a su disposición día y noche, nunca está solo. Incluso contratan un catador de alimentos para descartar envenenamiento, ya no recibe más correspondencia ni visitas de personas desconocidas; su enorme palacio se ha convertido en una jaula de oro.

La gente se ha calmado, llega a los oídos de todos las acciones de Taehyung, por lo que los que se levantaron en contra del gobierno Jeon calman sus ánimos ante la incertidumbre que les provoca la crueldad de alguien con quien comenzaban a simpatizar.

Jungkook duerme apenas, el invierno está en su apogeo, así que se vuelve víctima de una gripe que lo deja tirado en la cama por varios días. La doctora está preocupada por él, no se lo dice a él pero sí a Seokjin.

—El rey siempre ha gozado de buena salud —murmura en el pasillo, lejos de los guardias que custodian la habitación—, esta gripe ni siquiera tiene una verdadera razón de ser, creo que lo atacó más fuertemente por la debilidad de su lobo.

—Jungkook no la está pasando nada bien desde que Taehyung desapareció —añade Seokjin con una mueca—, es obvio que todo lo que pasa lo está afectando más de la cuenta; come muy poco, duerme mucho menos...

—Y lo del bebé que esperaba.

—Sé que es algo... importante, pero no había formado un lazo con el feto.

—El rey se levantó de la cama incluso antes de que le diéramos el alta, no soy especialista en lobos, pero no se debe ser muy inteligente para entender que se exigió demasiado a sí mismo y, si le sumamos la ausencia de su compañero, está claro que no hay una recuperación completa respecto al aborto.

—Sí...

—Con todo respeto, Seokjin, pero tu hermano cada vez se ve más como tú.

—¿Debería ofenderme por eso?

—No, sólo digo que...

—Mi enfermedad no tiene nada que ver con lobos, estoy...

—No es necesario que finjas conmigo —susurra al mismo tiempo que se acerca más a él—. Soy médica, sé que lo que tienes no es una enfermedad normal provocada por un virus o lo que sea que te hayas inventado, no soy estúpida.

—No creo que lo seas.

—Tú mejor que nadie sabes lo mal que la está pasando él, así que consulta a su médico o quien sea que te haya tratado para que lo ayude.

—¿No ves cómo estoy yo? Deberíamos buscar alguien más capaz.

—Has sobrevivido por casi diez años, Seokjin, tu médico es realmente bueno por haber logrado tal hazaña. Aunque apuesto a que el poder de tu linaje ha ayudado mucho también, los Kim son los hijos predilectos de la madre luna, ¿no?

THE SILENT TREE (KTH&JJK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora