Capitulo 3

100 18 7
                                    

Después de una semana difícil de escuela donde todos aún hablaban en cuanto la veían, llego el fin de semana. No había visto a su padre si acaso un par de horas por la mañana y ahora ahí estaba ella descansando, leyendo un poco para distraerse. Amaba leer bajo la sombra de un árbol y aquel donde había estado con Fighter se había vuelto su favorito.

Rubeus se acercó a la princesa al verla leer— Buenos días, hermosa princesa

Subió la mirada, poniéndose nerviosa al instante. Volteó hacia el sendero que conducía al palacio y estaba vacío— ¿Qué hace aquí?

—Qué otra cosa haría un grandioso comandante como yo más que custodiarla

—No necesito que lo haga, así que retírese —dijo volviendo a la lectura fingiendo que su presencia no le importaba.

—Es una orden de su padre, princesa —se agachó tomándola del mentón— me agradeció por haberla salvado de ese bandido Fighter

—Suélteme —dijo dándole un manotazo para que la soltara— mi padre habrá creído eso, pero usted, Fighter y yo sabemos lo que paso en verdad

—Jamás le creerán a un repulsivo ladrón y su padre jamás la escuchará —sonrió divertido— quizás este es un buen momento para llevarla conmigo

—No se atrevería. Es tan cobarde que no lo haría a plena luz del día —dijo poniéndose de pie— lo quiero lejos de mí y es una orden

—¿Quiere apostar? —la sujetó del brazo con fuerza.

Seiya caminaba por los jardines topándose con esa escena— ¿Qué está sucediendo aquí comandante?

—Alteza —Soltó a la princesa haciendo una reverencia— el Rey me pidió que escoltara a la princesa

—Retírese, no es necesaria su presencia, yo mismo escoltaré a mi prometida

Lo miró con molestia volviendo a hacer una reverencia— Como ordene alteza —miró a Serena sonriendo sutil para en seguida alejarse.

Dio unos pasos más mirándolo con seriedad y molestia.

Dejo escapar el aire. Por segunda vez aquel hombre había intentado hacerle daño, ahora ya no podría estar segura ni en su propio hogar— No es necesario que me acompañes

—No digas nada y sigue leyendo —se recostó a un lado con las manos en la nuca, cerrando los ojos.

Enarcó una ceja mirándolo— No te sientas obligado a acompañarme, además ¿qué estás haciendo aquí?

—No es ninguna obligación, pero no pienso dejarte a merced de ese hombre. A menos que tú quieras ir con él no voy a oponerme

—Si quisiera irme con él... —suspiró negando— da igual, ¿qué estás haciendo aquí?

—Tu padre puede responder a esa pregunta —murmuró con tranquilidad, para enseguida ponerse de pie— siento haber interrumpido, no volveré hacerlo, te veré en la cena —comenzó a alejarse de ella a pasos lentos.

—Seiya... —murmuró abrazando su libro— puedes acompañarme si quieres, ese hombre... la verdad es que, me da miedo

Se giró sonriendo ligeramente— De acuerdo —volvió a recostarse a su lado— tomaré una siesta

Suspiró profundamente, volviendo a tomar asiento, recargándose en el árbol— Gracias —murmuró abriendo el libro para continuar leyendo, aunque aún le parecía extraño que Seiya la defendiera, quizá se sentiría feliz si hubiera sido Fighter ese solo pensamiento la hizo sonreír.

No tardó en quedarse dormido, disfrutando la tarde. Por alguna extraña razón se sentía más que tranquilo, mostrando una ligera sonrisa sobre su rostro.

ENGAÑODonde viven las historias. Descúbrelo ahora