Capitulo 9

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Se acercó besando sus labios una vez más. Se sentía feliz, lo deseaba a él, por ser él. Esta vez era un beso aún más apasionado, lleno de deseo y sobre todo de todo su amor por ella.

Sonrió abrazándolo con fuerza, correspondiendo a sus labios. Nuevamente, podía sentir cómo el deseo por él crecía más y más, y es que esa forma que tenía de besarla comenzaba a enloquecerla.

No tardó en acomodarse sobre ella, acariciando su rostro, sin parar de besarla, embriagándose de ella, sintiendo a cada momento que su ser pedía aún más.

Poco a poco fue sintiendo como lo deseaba aún más. Tomó las orillas de su camiseta subiéndola poco a poco para quitársela.

—Quizás si necesitemos un poco más de espacio —murmuró ayudándola para quitarse la ropa.

Sonrió sutil— Te lo dije, la cama es más cómoda —arrojó la camiseta lejos de él, lo miró, recorriendo con la vista su cuerpo, perfectamente marcado, cada músculo que no sabía que existía.

—Puede ser, pero aquí te puedo sentir aún más cerca de mí —con lentitud abrió su camisón dejando ver la desnudez de su cuerpo, que bien sabía no era la primera vez que lo admiraba, no podía dejar de admirarla.

Se sonrojó al instante que sintió su mirada. Respiró profundamente, no sabía que era más excitante si sentir su mirada o esperar a que la tocara.

Rozó con las yemas de sus dedos, su pecho— No cabe duda de que eres hermosa y perfecta.

Cerró los ojos al sentir su caricia sintiendo su cuerpo estremecer.

Acercó sus labios a los de ella, volviendo a besarla mientras colocaba por completo su mano sobre su pecho, acariciándolo y presionándolo contra su mano.

Gimió entre sus labios, correspondiendo profunda y apasionadamente a sus besos. Qué bien sentía las caricias fuertes y seguras de Seiya, su respiración profunda y pausada.

No tardó en comenzar a recorrer cada centímetro de su cuerpo, bajando sus besos hacia su cuello, disfrutándola aún más que la primera vez que la tuvo entre sus brazos. Sin duda era una noche mágica donde no existía nadie más que ellos dos tumbados sobre ese sofá.

Sonrió suspirando, sintiendo esos miles de cosquillas en su vientre y en su piel— Me gusta, sentir tus labios —murmuró sujetándose con las manos del brazo del sillón. Abrió los ojos tan solo notando como Seiya bajaba besándola, era una imagen única.

Bajó un poco más hasta apoderarse de esos pechos que lo enloquecían y que tanto había disfrutado ya de ellos, pero esa ocasión tenía algo diferente, único y especial y eso era que no era Fighter quien se deleitaba, sino él, Seiya Kou.

Gimió sonriendo, le gustaba lo que le hacía, sentir sus labios, besándola por completo, llevándola a otro nivel de satisfacción. Se movió sutil, arqueando un poco la espalda.

La abrazó hacia él, separándose un poco de ella, tan solo para ver sus facciones— Serena...

Exhaló sonriéndole— Ni se te ocurra en querer detenerte, has hecho que te desee

—No pensaba detenerme —sonrió sentándose, jalándola hacia él para que se sentara sobre él—. Que te quede claro que a partir de este momento serás solo mía —murmuró, atrapando sus labios entre los de él, retirando el camisón para dejarla a su merced por completo.

Lo abrazó por el cuello besándolo de la misma forma, cada que se besaban era más y más adictivo, algo tenían los labios de Seiya que la hacían querer más y más, al igual que su cuerpo que sentía tan pegado al suyo, y sus manos estrechándola hacia él con decisión con seguridad, algo que no imagino que tuviera para ella.

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