Capítulo 14: Amanecer

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—Si, ma, ya te dije que no me voy a quedar encerrada en la casa. —Puse los ojos en blanco.

—¿Y qué más? —Escuché ruido al otro lado. Ella estaba friendo algo.

—Voy a hacer cosas nuevas y muy divertidas. —Había poco entusiasmo en mi voz.

Bajé las escaleras lentamente. Era temprano y no quería hacer ruido. La diferencia horaria me había hecho despertar varias veces durante la noche y me levanté apenas vi los primeros rayos de sol asomarse.

—¿Papá está ahí? —Creí escuchar su voz al fondo.

—Si. Me está ayudando con la cena.

Pasé por la sala y fui hacia la cocina. Al parecer no era la única despierta desde a esta hora. Debían ser poco más de las siete de la mañana. 

—Ponlo en altavoz para saludarlo. —llegué a la cocina y ahí estaba mi tía, comiendo algo en un tarro. Me acerqué y ella me abrazó, besando mi sien en el proceso. Le devolví el abrazo con una sonrisa.

—Hola, cariño. —la voz de papá me hizo regresar mi atención a la llamada.

—Pa. ¿Cómo estás? —Me senté frente a mi tía, en una las sillas de la encimera.

—Estoy bien, cariño. ¿Qué tal todo por allá?

Mi tía puso un tarro frente a mí de lo mismo que estaba comiendo, que era yogurt con frutas y cereales.

Le dije un gracias silencioso y empecé a comer. Tenía hambre.

Hablé un ratito más con mis padres, uniéndose mi tía también a la conversación por unos segundos, solo para reclamarse a mi madre el no decirle que iba a venir de visita. Y luego colgamos.

—Llegaste temprano, tía. —sequé y puse en su lugar los tarros que habíamos usado. Mi tía estaba ahora picando frutas y poniéndolas en un plato con dibujos de superhéroes. Supongo que era de Jimmy.

—Si. Mi turno es solo por las noches, a acepción de los viernes, que los tengo libres. —dijo, seguido de un largo bostezo. —Los muchachos se levantarán en cualquier momento, así que me voy a encerrar en mi habitación a ver si logro dormir antes de que se arme el caos.

—Tú ve tranquila que yo mantendré el orden aquí. —Ella asintió y alzó la palma para que choque la mía.

—Me quedo más tranquila. —Y con eso se fue.

Hasta que el verano nos vuelva a juntar Where stories live. Discover now