Fin de mi veranoMe senté al lado de mi madre en el avión. Mi papá estaba en el asiento del otro lado del pasillo.
—¿Ya te sientes mejor, cariño? Fue una despedida muy emotiva.
Yo suspiré y asentí.
—Fue duro despedirme de todos.
—Tranquila. Podrás volver cuando quieras —dijo, abrazándome y dejando un beso en mi sien.
Mis últimos días en Cyra fueron tan hermosos como dolorosos. Sabia que debía disfrutarlos al máximo porque pronto debía despedirme. Despedirme de mi familia allá, despídeme de mis amigos, y por supuesto del chico de sonrisa bonita y cabello largo que me hacía suspirar.
Era raro para mí, ya que cuando llegué allá no iba con especulativas respecto a nada. Ni siquiera tenía deseos de ir.
Por eso en la vida hay que hacerle caso a mamá.
La cosa es que me había topado de lleno con todo lo bonito que había dejado atrás. La playa, la arena y sol. Que al final del día no eran tan malos. Había descubierto una nueva pasión en el surf.
También estaban mis primos, que siempre fueron de mis mejores amigos. Sin contar que obtuve nuevos.
Y no podía olvidar que me había chocado de frente con mi amor de la infancia. Y ese amor había florecido de una manera arrebatadora. Dejándome sin aliento y llenándome de dudas. Sacándome suspiros y quitándome el sueño.
Ese verano, que no había sido todo un verano, porque me había ido a los dos meses para empezar con los preparativos de la universidad, me había cambiado para siempre.
Así que, mirando por la pequeña ventana del avión y metí las manos en los bolsillos del abrigo que tenía puesto. Levi me lo había colocado cuando me iba.
Saqué una mano de él y observé la hoja doblaba en varias partes que estaba en esta. La desdoblé y empecé a leer en silencio.
Hola, tontita.
Creo que si me costó dejarte ir, porque aquí estoy, escribiéndote mis pensamientos a las tres de la mañana, porque sé que mañana te vas y no podré decirte todo lo que me pasa por la cabeza. Y es que cuando estás cerca se me nublan un poco las ideas y no puedo ser tan interesante como quisiera.
Lo primero que quiero decirte es que no quiero que sientas culpa por lo qué pasó hace años. No tienes culpa de nada de eso en lo absoluto y no es justo que cures las heridas que alguien más hizo. Y tranquila, esas heridas son pequeñas cicatrices que recuerdo sin dolor.
Lo segundo es que estoy más que agradecido de que volvieras. No tienes idea de cuantas cosas dentro de mí pusiste en su lugar con tu regreso.
Lo tercero que te quiero decir es gracias, gracias por ser todo lo que quiero, deseo y necesito para ser feliz y aun así poder serlo solo con tu recuerdo. Gracias por ser mi mejor amiga en su momento y ser la chica de mi vida en este momento.
Sé feliz. Sé plenamente feliz y ama hasta que no puedas más. Espero volver a toparme contigo en estas arenas pegadizas, espero podamos surfear juntos en estas olas sanadoras y espero poder mirar al cielo otra vez y reírnos de las estrellas por envidar tu brillo.
Si. Quería ser poeta de pequeño. Así que no te reías de mis palabras, que la estoy escribiendo a altas horas de la noche y con un pedazo de corazón. Espero que cuides mucho de la otra mitad que te llevas contigo.
Adiós, Lilisent.
Atentamente: El chico de pelo largo que te tiene loca.
Lo sé, me fijé en que tienes algo con mi cabello.
Las puntas estarán muy abiertas para cuando regreses.
Te amo, tontita.
Te amo, Levi Evans.
Hasta pronto. Si es que el verano nos vuelve a juntar.
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Hasta que el verano nos vuelva a juntar
RomancePasar los veranos en la casa de la tía Susy era una tradición que Lily no solía dejar pasar. La playa, el sol, la arena, sus amigos y... él. Levi Evans, su mejor amigo y su amor de la infancia. Pero Lily creció y sus intereses eran otros, su mundo...