☃️6. Campanas☃️

52 50 0
                                    

Camelia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Camelia

En la plaza central empezaba la feria navideña. Las tiendas ambulantes estaban abarrotadas de gente y las calles se veían muy animadas.

—¿Por qué vinimos hasta aquí? —pregunté, todavía sin entender lo que Olwen pretendía.

—Está por allá —señaló uno de los puestos que hacia adornos navideños—. Creí que necesitabas algo de inspiración, veamos los adornos de este año, tal vez eso te de alguna idea.

—Podemos intentarlo, pero creo que…

Mis pensamientos y lo que iba a decir desaparecieron en cuando observé lo que hacían en uno de los puestos. Varias personas estaban sentadas en una larga mesa trabajando en manualidades para obsequiar.

—Quiero intentar eso —señalé rápidamente y lo guíe hacia ahí.

—¿Regalos hechos a mano? No suena mal, pero intenta no usar ningún material peligroso.

—Lo intentaré —me burle un poco.

—Nada de cosas puntiagudas, tampoco uses el color verde —recomendó.

—¿El color verde?

—Es una superstición —mencionó y por alguna razón presentía que no debía preguntarle.

—Está bien, de todos modos ya se lo que haré.

Estaba segura en el momento en que dije esas palabras, pero una vez que empecé me di cuenta de que era muy torpe con las manos. Primero traté de hacer un muñeco de nieve con arcilla para luego pintarlo, pero parecía más una masa deforme.

Olwen por su parte hacia figuras de nieve moldeándolas con su magia. El hielo que creaba con sus poderes no se derretía fácilmente y era perfecto para los adornos que él creaba. El muñeco de nieve que Olwen creo, se lo dio a un niño que pasaba cerca, lo mismo con su segundo intento haciendo una réplica de un pájaro cantor.

Por mi parte mi segundo intento fue un fracaso, se suponía que sería una corona de adviento en origami, pero terminó pareciendo…

—Es lindo gato —dijo Olwen al asomarse por mi hombro y ver lo que formaba el papel arrugado que sostenía.

—No era un gato —suspiré y lo hice a un lado—. Olvídalo, no soy buena para esto. Vamos a ver los adornos como sugeriste.

—Oh, espera. Hice algo para ti —dijo, tomando mi mano para entregarme una pequeña caja.

La curiosidad me invadió y no tarde en abrirla.

Dicen que cuando te enamoras de verdad, sonarán campanas a tu alrededor. No creía en esas cursilerías hasta que abrí esa caja. Ahí empezó todo, o al menos eso pensé.

La caja contenía una pequeña campana hecha puramente de hielo. Tenía diseños grabados a modo de decoración, era hermoso y me aseguraría de atesorarlo por mucho tiempo.

Continuará…

Continuará…

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ángel De Nieve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora