Olwen es un ángel de nieve, enviado para vigilar a Camelia.
Él debe impedir que ella compré un regalo de Navidad, que podría causar muchos accidentes en cadena durante las fiestas.
Su misión es clara, pero ni él mismo sabe que regalo es el causante...
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Camelia
A la mañana siguiente desperté sabiendo que solo faltaba un día para la nochebuena.
El sentimiento de los recuerdos recién recuperados inundaba mi mente, pero por alguna razón no podía recordar claramente el rostro de esa persona.
La fiesta se acercaba y una vez pasada la navidad, Olwen tendría que volver a la torre de magia, a menos que decidiera lo contrario, pero él no había vuelto a mencionar el tema.
Durante el desayuno, Olwen volvió para verificar que nada extraño pasara con los obsequios que compramos el día anterior.
—Parece que burlamos la profecía con éxito —mencionó mientras estábamos en la sala.
☃️☃️☃️
Camelia sabía que tenía que decírselo antes de que fuera demasiado tarde. Había prometido que lo haría, pero en el momento que abrió los labios para hablar unas palabras como melodía llegaron a sus oídos impidiéndole decir lo que pretendía.
«—Si tú lo amas, él perderá sus círculos de maná, será un proceso doloroso y perderá la mayor parte de su energía vital, ¿estás dispuesta a vivir con esa carga, por un amor del que no estás segura de poder mantener? —le dijo aquella voz, como un susurro a sus oídos y luego desapareció perdiéndose como el viento».
—¿Ibas a decir algo? —le preguntó Olwen al ver la mirada perdida de Camelia y la expresión en su rostro—. ¿Estás bien? Pareces estar algo pálida —mencionó tratando de alcanzar su rostro.
—Estoy bien —respondió para evitar que la tocará se alejó.
Camelia dudaba de lo que acaba de escuchar, pero si era verdad, entonces debía comprobarlo antes de poner a alguien que quería en peligro.
—Olwen dime, ¿qué pasa si pierdes tus círculos de maná? —preguntó ella directamente.
—¿A qué viene esa pregunta?
—Solo dime, ¿cómo planeabas dejar la torre de magia?
—Eso, bueno, siempre ha sido mi objetivo —aseguró—. No quiero vivir siendo un mago para siempre —afirmó Olwen.
De alguna manera esa respuesta le daba cierta sensación de seguridad que necesitaba. Olwen no planeaba dejar la torre por ella. No estaría en peligro por su culpa y si ese no era en caso, se preguntó ¿qué sentido tenía ocultar lo que sentía?
Continuará…
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