Ángel De Nieve

☃️20. El mago con forma de zorro☃️

Olwen

De regreso a casa de Camelia intentaba pensar en otra cosa que no fuera ella, pero resultaba casi imposible. No solo por el beso entre ambos, sino también por lo que ocurrió cuando rescatamos al zorro y la aparición del búho.

¿Cómo debía explicarle todo a Camelia? Ahora, que el líder de la torre recuperó su verdadera forma, después de librarse del hechizo que le lancé y lo tenía atrapado en la forma de un zorro de nieve.

¿Qué mentira debía decir? ¿A quién debía engañar? Eran solo algunas de las preguntas a las qué trataba de buscar solución. Camelia pareció reconocer la mirada del zorro de nieve qué rescató, pero eso era todo, no había forma que los relacionará. Aunque ese tipo de magia de transformación existe, era casi imposible que se usará con normalidad, no por nada solo los magos más destacados y que tienen una conexión especial con el maná pueden usarlas.

—Gracias por lo de antes —dijo cuando llegamos a la puerta de su casa.

—No hay de que —respondí.

—¿Era verdad lo de dejar la torre de magia? —preguntó volteándose a abrir la puerta para evitar mi mirada—. No me respondas ahora, dímelo después, yo también tengo algo que decirte. Entonces, nos vemos mañana —se despidió para entrar rápidamente sin darme tiempo de decirle nada más.

Antes de irme fui al establo. Quería asegurarme de que el zorro se hubiera ido completamente, pero cuando lo encontré acurrucado en la paja supe que abrían problemas.

—Maestro de la torre —me incline en señal de respeto.

—Incorregible discípulo, desde que llegaste a la torre no he tenido ni un solo momento de paz —suspiró dejando su disfraz—. Sabes porqué estoy aquí, ¿verdad? Si no es así te lo diré, desobedeciste a tus superiores y robaste los registros de la profecía de este año. Me convertiste a mí en un zorro de nieve para evitar que te siguiera y burlaste a toda la torre magia solo para poder venir a la capital de Blaze. ¿Tienes algo que decir al respecto?

—Aceptaré cualquier castigo que se me imponga siempre y cuando pueda terminar con mi misión —condicione pese a que no estaba en posición de hacerlo.

—Tu misión era simple debías impedir que ella celebrara la Navidad con su familia. Debías alejarla de todos, amigos, familia y cualquier persona importante, nadie debía estar a su lado durante estas fechas —repitió las ordenes que se me dieron la primera vez dejándome atónito nuevamente.

—Soy un ángel de nieve, mi misión es proteger y procurar que todos en el reino de Blaze celebren las fiestas de la mejor manera posible. No puedo hacer lo que se me ordena cuando va en contra de todo lo que aprendí —refute la orden que me dieron igual que antes.

—Y por eso mismo debes hacer lo que ordenamos. Todo se encuentra en los documentos de la misión —señaló ordenándome leer los papeles que había robado aquel día que decidí dejar la torre por voluntad propia.

Su expresión no era mejor que la mía. El líder que solía ser una persona amable y bromista, aquella tarde estaba más serio de lo normal, no solo parecía enojado por mi imprudencia también estaba afligido por las órdenes que daba. Aquello me pareció extraño, así que decidí leer los documentos y efectivamente aquella misión era realmente difícil.

Según los informes de la profecía, Camelia sería la causante de una gran catástrofe que provocaría la devastación de todo el reino de Blaze. Todo por culpa de un obsequio de navidad que nadie podía saber exactamente de que se trataba.

—Esto debe ser un error. La profecía no puede ser tan siniestra y ambigua, aún si todo fuera cierto no podemos hacer que alguien este solo el día de navidad  —replique buscando convencerlo de mi punto de vista.

—No hay nada que hacer, está era tu misión desde el principio. Olwen recuerda esto, debemos proteger a todos, no podemos preocuparnos solo por una persona —explicó poniendo una mano en mi hombro para reconfortarme—. Sin embargo, la manera de cumplir esta misión desde ahora se encuentra completamente en tus manos. Haz lo mejor que puedas —añadió para darme ánimos y también como una despedida.

Entonces me di cuenta de lo que estaba tratando de decirme. Mi verdadera misión no era arruinar la navidad para aquella Camelia, sino más bien ayudarla y encontrar la forma de impedir que el obsequio desencadenara el fin del reino Blaze.

—Volveré aquí antes de nochebuena, si para ese entonces todavía deseas ser un humano normal. Yo mismo destruiré tus círculos de magia —enfatizó en lo que pretendía advertirme.

Se suponía que lo tomará como una amenaza y dejara de pensar en Camelia, o bueno eso sería sino fuera porque conocía demasiado bien al líder la torre como para saber lo que realmente decía entre líneas. Si se trataba de él, lo que decía, aunque sonara como una advertencia en realidad era su forma de mostrar apoyo.

Si un mago de alto nivel como el líder de la torre destruía mi conexión con el maná habrían menos riesgos de que mi energía vital se vería afectada. Podría quedarme y vivir en paz como una persona normal junto a Camelia.

Continuará…