Olwen es un ángel de nieve, enviado para vigilar a Camelia.
Él debe impedir que ella compré un regalo de Navidad, que podría causar muchos accidentes en cadena durante las fiestas.
Su misión es clara, pero ni él mismo sabe que regalo es el causante...
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Camelia
Casi me quedaba sin aliento, pero aún así pude aguantar lo suficiente para seguir el ritmo de Olwen. No entendía porque actuaba así. Me parecía un deja vu de lo que pasó cuando me llevó a la feria, pero no planeaba reclamárselo, porque de cierta forma me sentía cómoda con lo impredecible de aquella tarde.
—¿A dónde vamos? —le pregunté por segunda vez más por curiosidad que por insistencia.
—¿Eh? … Por allá, son flores de invierno, pensé que te gustarían —señalo un arbusto con las flores más blancas que había visto.
—Es asombroso, ¿cómo sabías qué crecerían aquí?
Sin esperar una respuesta me adelante para observarlas de cerca. El color blanco era tan puro y hermoso en ellas, que hacían que los detalles en tonos azul y morado que tenían en las hojas resaltaran aún más.
—¿Te gustan? Si es así llevemos algunas para tu familia —recomendó.
—En serio podemos. Entonces, haré una corona de flores. Espera ¿no dijiste que había peligro por el polen? —le recordé.
—No hay problema, las congelare con magia, puedes usarlas como coronas de cristal —mencionó aunque parecía nervioso—, apresúrate a elegir algunas —añadió notablemente nervioso.
Deseaba saber que pasaba por su mente y lo hacia actuar tan cauteloso, pero no quería volver a cometer el error de meterme en su historia. No deseaba volver a ponerlo incómodo.
Continuará…
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