☃️7. Trineo☃️

55 50 0
                                    

Camelia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Camelia

Después de mi desastre en las manualidades, caminamos juntos por la feria. Había todo tipo de cosas: Juegos, tableros de la suerte, adivinación y hasta un sector de deporte al aire libre. Lo último llamó mucho la atención de Olwen, pero él se veía muy reservado como para aceptarlo.

Así que al final tuve que cubrirlo como si se tratará de mi idea para que él accediera a intentar algo nuevo.

—¿Nunca antes habías paseado en trineo? —pregunté cuando ya estábamos por salir.

—Nos transportamos solo con magia de hielo. No necesitamos un trineo.

—¿Ni siquiera por diversión o por deporte?

—Esas prácticas están prohibidas en la torre de magia —mencionó firmemente.

—Así que es la primera vez. Bueno, entonces sujétate —dije antes de lanzarnos juntos.

El trineo tenía la capacidad para dos personas, lo que era perfecto porque ninguno había hecho ese deporte antes. Pensé que entre principiantes podríamos manejarlo apoyándonos entre nosotros. Era más por diversión y hasta los niños lo hacían, así que no pensé que fuera tan difícil. Mi gran error fue confiar en mi coordinación para ir al frente del trineo.

Resultaba que guiar un trineo que baja una pendiente, aunque no era muy alta, era muy complicado.

—¡Nos vamos a estrellar! —grité más por miedo que por advertencia.

Cerré los ojos cuando veía venir el gran árbol que había al frente de nosotros y al cual nos dirigíamos a toda velocidad.
Fueron segundos en los que creí que sentiría un gran golpe, pero de pronto, una brisa refrescante paso por mi rostro.

Olwen tenía los brazos extendidos hacia los lados. Había usado su poder para levantar la nieve a nuestro alrededor y así disminuir la velocidad. Aunque de todos modos caímos del trineo, la nieve amortiguo nuestra caída.
De algún modo caí a su lado y note que cubrió mi cabeza con su mano derecha, no esperaba que hiciera eso.

—¿Estás bien? —pregunté revisando por mi cuenta su mano.

—No pasa nada, solo son rasguños, ¿tú no te hiciste daño? —preguntó restándole importancia a sus heridas.

—No, y lo siento. Solo a mí se me ocurre ir en trineo cuando no se como manejarlo —suspiré realmente agotada.

—No te disculpes. Fue divertido —dijo solo para animarme, o eso creía porque cuando vi su sonrisa parecía verdadera.

—¡Oh! Mira un búho albino —señale detrás de Olwen. La aparición de esa ave tan hermosa definitivamente me animó, aunque en ese momento no sabía que consecuencias traería.

Olwen volteó a verlo y por unos minutos se quedó paralizado. No me respondió y parecía que el búho nos observaba atentamente.

—¿Olwen? —pregunté acercándome para tocar su hombro.

—Vámonos de aquí —dijo para tomar mi mano rápidamente y cambiar de rumbo, internándonos en el bosque nevado.

Continuará…

Continuará…

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



Ángel De Nieve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora