Había llegado la navidad y con ella el último día que Olwen pasaría en casa de los Iclyn. Camelia despertó ese día segura de su decisión y de confesar sus sentimientos sin dudar. El miedo seguía en su interior, pero era dominado por sus ganas de conocer la respuesta de la persona que le robo su primer beso y ocupaba la mayor parte de sus pensamientos desde aquel día.
Durante el desayuno buscó una oportunidad para decírselo, pero con toda su familia presente era imposible. Después se ofreció para cuidar a los peques junto a Olwen, pero no pensó que el trabajo de cuidar a los pequeños sería tan agotador. Terminó la cena y aún no le había dicho lo que sentía, el día casi terminaba. La profecía parecía haberse evitado, pero entonces antes de que algo más sucediera Camelia lo llevó fuera de la casa y se lo dijo, en dos simples palabras “Me gustas”.
—Me gustas —pronunció sintiendo su voz muy baja como para que la oyera.
Olwen la había escuchado, pero sin saber que decir, se quedó observándola por un momento.
—No tienes que responder, solo quería decírtelo —añadió Camelia antes de voltear para volver a entrar en su casa—. Mañana espero, que te vaya bien. Ya sea que vuelvas a la torre o no. ¡Ah! Y por cierto, ya que probablemente no nos veamos en nochevieja esto es para ti —extendió una caja de dulces de chocolate para él—. ¡Que tengas un feliz cumpleaños!
Olwen tomó la caja, al principio no notó lo dicho por Camelia porque aún seguía sorprendido por la confesión, pero finalmente entró en razón cuando recordó lo que pasaron juntos hace años. Ella lo recordaba y lo había reconocido después de tanto tiempo cumpliendo su promesa.
—El regalo que causa el fin del mundo por fin está aquí —pronunció el líder de la torre llegando a ver a Olwen.
—¿A qué se refiere? Evite la profecía, no habrá una caída del reino y nadie resultó herido.
—¿Eso crees? ¿Sabes cómo llaman a la ruptura de los círculos de maná?
—La gran caída de los magos —respondió Olwen.
—Así es, serás exiliado y vivirás como un mago desertor por el resto de tu vida. Todo por una simple chica. Incluso si tienes descendientes no podrán heredar el poder del elemento hielo, ¿aun así estás dispuesto a renunciar a todo por ella?
—Desde el principio quise ser una persona normal. No codicio la magia, solo quiero vivir una vida con alguien en quien pueda confiar —aseguró Olwen para tomar su decisión.
—¿Crees qué si tus padres hubieran aceptado tus poderes, habrías tomado está decisión desde el principio?
—Definitivamente, pero ellos renunciaron a mí desde el principio. No me quedaba más que un puesto en los ángeles de nieve, así que acepté unirme. He cumplido mi deber, y encontré a la persona correcta, ahora deseo ser libre maestro —pidió inclinándose al aceptar que el líder de los magos destruyera sus círculos de maná.
—Todo por cumpla de un obsequio, tal como dijo la profecía. «En la noche de navidad en Blaze, la destrucción será provocada por un regalo otorgado por una joven dama con ascendencia humana». La última hija de los Iclyn era la única joven en todo Blaze, con ancestros humanos. La profecía sea cumplido —suspiró pesadamente después de decirlo—. Ahora la destrucción ha llegado, Olwen Ivar, como castigo a todo los disturbios causados al robar la profecía, confundir a tus superiores y convertir a tu maestro en un animal, quedas desterrado de la torre, por ende jamás podrás volver a usar la magia de hielo. Desde este momento quitare tus círculos de maná para siempre —sentencia procediendo a lanzar un hechizo sobre él.
Olwen fue cubierto por la magia del líder de la torre. Su magia fue arrebatada por completo, el proceso solo duro unos segundos, pese a que su maestro le había dicho que sería muy doloroso, no le pareció de esa forma. Después de terminar, no sentía su cuerpo tan diferente y para asegurarse trato de lanzar un hechizo simple sin éxito.
Tal como esperaba no tenía magia alguna, la destrucción de maná se había completado y mientras se alegraba podía ver la sonrisa amable de su maestro al observarlo. Esa sería la última vez que vería al líder de la torre, que además de ser su amigo había sido como un padre para él después de llegar a la torre.
—Esta es la despedida joven discípulo, espero que mi regalo haya sido y sea por mucho tiempo de tu agrado. ¡Feliz navidad! —pronunció para desaparecer tan rápido como había llegado.
Olwen no espero y corrió dentro de la casa en busca de Camelia, mientras ella se reunía con toda su familia interrumpió entre ellos para poder darle una respuesta a su confesión. En lugar de decir lo que sentía se acercó a besarla sin mediar palabra, y es que no habían palabras en ese momento que expresaran mejor lo que él sentía por la persona que amaba.
Sentirse atraído a ella, parecía él destino. Desde el principio hasta el final, no quería olvidar nunca aquella sensación y tenía el presentimiento de que así sería, ambos se recordarían en el pasado, presente y futuro.
Porque finalmente aquel ángel sin rumbo fijo y una chica un poco despistada, habían encontrado un lugar al cual pertenecer.☃️Fin.☃️
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Ángel De Nieve
خيال (فانتازيا)Olwen es un ángel de nieve, enviado para vigilar a Camelia. Él debe impedir que ella compré un regalo de Navidad, que podría causar muchos accidentes en cadena durante las fiestas. Su misión es clara, pero ni él mismo sabe que regalo es el causante...