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Ya había llegado a Derry, así que inmediatamente fui a la ahora casa de mi primo y esperar a que sea más tarde para ir al restaurante.

—Hola, Wyatt. Cuánto tiempo, ¿no?— dije, entrando a la casa.

—Sí, ¿y Liam?— preguntó, cambiando rápidamente de tema.

—Atrás de mí, ¿qué no lo ves? ¿Estás ciego? Yo pense que solo tenía a un amigo miope.

—Perdon, no lo había visto.- dijo, rodando los ojos.— Ahora quitate, solo quiero ver a Liam, no a tí.

—Imbecíl.

[...]

Ya era hora de reunirme con los perdedores, así que antes de irme le dije un par de cosas a Wyatt, para que no matara a Liam.

—Y por cierto, Liam tiene asmá, ¿okey? No es tan grave, pero de todos modos en su mochila tiene su inhalador.— explique.—Cuidalo bien, ¿escuchastes?

—Claro, Alysson.

—¡Te eh dicho millones de veces que no me gusta que me digas así! Y ya me voy, cuida bien a Liam o... ¡te cortare tu presiado cabello!

—Está bien, amargada.

Ya no le hice caso y solo me fui al restaurante.
Cuando ya habia llegado al restaurante, antes de entrar, choque con alguien en la entrada.

—Como lo siento. Iba un poco distraida.— me disculpe.

—No, yo lo siento.—cuando lo observe detalladamente, pude reconocer quien era. Es...

—Eddie...— Eddie me miro detallademente y creo que supo quien era.

—Alyss... ¿Cómo haz estado?

—Ah, muy bien. ¿Y tú?

—Bien.— respondío— ¿También te hablo Mike?

—Sí, y la verdad tengo miedo. Sé que ya "derrotamos" al payaso una vez, pero eso fue hace mucho tiempo.

—Sí y pareserte sincero, yo también tengo miedo.

—Pero no importa, podemos de hablar de otra cosa. No quiero estár tan deprimente.

—¿Cuando fue la boda que no me invitaron?— preguntó una tercera voz, atrás de nosotros.

Eddie y yo volteamos topandonos con la mirada de... ¿Richie? Oh dios mío, claro que es Richie.

—¿Richie?— pregunte, sonriendo. Él asintio.— ¡Dios mio! ¡Richie!— corrí a abrazarlo.

—Vaya, ustedes se ven tan bien. Tú Alyss te vez tan sexy.— lo empuje, riendo—

—Y tú te vez más... viejo.

—Vete a la mierda. ¡Eddie, amigo!— los dos se abrazaron.

—Hola, boca sucia.

—Veo que ya creciste. Ya no eres tan enano como lo recordaba.— se burló Richie, separandose del abrazo.

—Púdrete.—reí.

Contagiados por amor | Eddie KaspbrakDonde viven las historias. Descúbrelo ahora