06

456 34 13
                                    

Caminabamos por toda la casa, buscando el pozo y mientras lo haciamos, tenía tomado de la mano a Liam.

Seguímos caminando, hasta que Bill encontro una puerta. Yo iba a entrar en esta, pero justamente se cerró en mi cara, impidiendome poder entrar, quedandome con Beverly, Ben, Stan y Mike.

—¡Chicos! ¡Chicos! ¡Abran la puerta!— exclamé, intentando abrir la puerta.

—¡Ah!— Ben se quejó de dolor. Voltee a donde estaba Ben, quien se tocaba el estómago, retrocediendo de dolor.

—¿Ben? ¿Estas bien?— le preguntó Beverly, preocupada.

Ben se seguía quejando, así que Mike lo ayudo a sentarse, para después levantar la camisa de Ben y ver como comenzaba a cortarse.

Vimos en un espejo que estaba enfrente de nosotros y ahí pudimos ver al payaso con sus garras marcandole en el estomago.

—Mamá, ¿qué está pasando?— preguntó Liam, asustado.

—Beverly, destruye el espejo. ¡Ahora!— ella corrio hacia el espejo y lo pateo para que se destruyera.

Volteamos a ver nuevamente al estomago de Ben, el cual ya no sangraba.

—¿Estas bien?— preguntó Mike, Ben asintio.

—Hay que ir con los chicos.

Fuimos al cuarto en el que se quedaron enserrados los demás perdedores y esta vez, si lo pudimos abrir, encotrandonos con "Georgie" atacando a Bill. Rapidamente Ben tomo una flecha y se la clavo en la cabeza a "Georgie".

—¿Nadie está herido?— preguntó Mike, ayudando a levantar a Bill.

—No.

—¿Mami,y el otro señor que estaba con nosotros?— preguntó mi hijo, yo mire para todos lados y vi que Stan no estaba

—Mierda, Stan.— me preocupe.

—¿Dónde carajos está Stanley?— preguntó Eddie, alterado.

—¿Cómo mierda vamos a saberlo, Eduardo?— preguntó Richie, alterado.

En eso escuchamos un golpe, como si alguien hubiera caido del segundo piso y seguido de eso, se escucho un quejido.

Todos nos asustamos y salimos corriendo del cuarto, viendo a Stanley tirado, bocabajo.

—Dios, Stanley. ¿Qué fue lo que te pasó?— pregunte, ayudandolo a levantarse.

—No lo sé, exactamente.— dijo, tocandose la frente, la cual le sangraba.

—¿Estás herido, amigo?— preguntó Bill, preocupado.— Entiendo si ya no quieren seguir con esto. Se pueden ir si quieren.

—Oye, oye, dijimos que somos todos o ninguno. Yo estoy bien, no hay de que preocuparse.

Asentimos.

—Vengan, encontre el pozo.

Todos seguimos a Bill, el cual se dirigio al cuarto en el que antes se habian quedado enserrados. Bajamos al sotano del cuarto y ahí vimos al pozo.

—Mami, tengo miedo.— aprete un poco su mano.

—Todo estara bien.

Bajamos por el pozo, para después caminar por la agua asquerosa. Y si, todavia odio las aguas de las Cloacas. Pero diganme, ¿a quien no?

Seguimos caminando, hasta que por fin llegamos al lugar, donde se econtraba un pozo más.

Aquí el agua estaba un poco mas profunda y mucho mas asquerosa. Asi que con una cara de asco, camine por las aguas llenas de mierda.

Contagiados por amor | Eddie KaspbrakDonde viven las historias. Descúbrelo ahora