Narra Sam:
Escucho al gilipollas esté, mi hermana no está aquí, alguien se la llevó y resulta que aún no saben dónde se encuentra. Quiero arrancarle la cabeza, pero solo me contento porque resulta que este imbécil es el compañero de Shadai y ella anhelaba encontrarlo.
— Circe, nuestra bruja dice que la culpable es la mujer que había escogido como compañera antes de la llegada de Shadai....— lo miro, mientras elevó una de mis cejas.
—¿Qué cojones dices?.—
— Pero ella no es culpable, solo la tengo en una habitación por precaución. Ella fue agredida cuando raptaron a shadai.— niego con mi cabeza.
— Detente un momento. Primero dime una cosa ¿Tomaste a otra mujer como tú Luna? Y ¿Qué lugar ocuparía mi hermana?.— las dudas y sospechas comienzan a crecer contra este pendejo. Quizás él mismo la desapareció, para quedarse con la mujer que escogió.
—Estas malinterpretado todo Sam, nunca sellamos la unión con Liz, yo amo a tu hermana y quiero encontrarla tanto como tú.— suelto una risa, maldito gilipollas.
—¡Me importa un carajo tus putas explicaciones, solo quiero encontrar a mi hermana y llevarla de regreso a mi manada!.— sus ojos se ponen en un rojo sangre, queriendo intimidar, su rugido y el golpe de su silla de cuero contra el piso, me hacen entrar en alerta dispuesto a arrancarle la cabeza. Ethan cree que me intimida, maldito lame polla.
—¡Tú no sabes nada gilipollas!.— hace sus manos puño y camina hasta mi, que lo estoy esperando para molerlo a golpes. Lo dejo lanzarse hasta mi, impacta un puño en mi rostro y aquello desata la furia en mi, que también me lanzó sobre él, nos damos golpes tras golpes, hasta que la puerta de aquel despacho se abre y comienzan a intentar separarnos. No desisto, quiero matarlo. Hasta que una voz fuerte retumba en la habitación.
—¡BASTA!.— grita Dionisio, mi padre. Su aura es tan fuerte que muchas veces me intimida hasta mi. — ¿Piensan que así van a solucionar algo?.— nos miramos con irá, con ganas de seguir con la lucha, pero mi padre tiene razón. Me suelto de su agarre y salgo de aquel lugar dando un fuerte golpe al cerrar la puerta.
(****)
El pelirrojo salió con su sangre hirviendo ante el enojo que sentía. Quería matar a Ethan, quería encontrar a su hermana para llevarla de regreso a su manada. Paso por las largas escaleras que los llevaba a las habitaciones. Vió el largo cabello oscuro de Circe, mientras la mujer subía. *Síguela* demando Drake, pero el pelirrojo no obedeció y siguió su caminó, quería salir de aquella mansión, se sentía sofocado, con una extraña sensación en su pecho, le faltaba el aire. Se dejó caer en el verde césped, respirando el aire fresco de la noche, miró en dirección al oscuro bosque, necesitaba relajarse, dejar de pensar por un instante en todo lo que estaba pasando y también necesitaba sacar aquella sensación del demonio que se había instalado en su pecho. Se puso de pie y camino hasta el bosque, la luz de la luna era lo único que alumbraba su camino. Sus pasos lo guiaron hasta el hermoso lago que había en aquella manada, encontrándose con una grata sorpresa en aquellas aguas. Una cabellera rubia caía por la espalda desnuda de la mujer, la vio sumergirse en el agua. Sus ojos no se despegaban de aquella silueta femenina, sentía su polla crecer en el interior de sus pantalones.
La mujer salio del agua y sus ojos cayeron en el enorme hombre que se encontraba de pie a las orillas del lago, salió del agua dejando a la vista sus enormes senos y sus largas piernas. Los ojos de Sam detallaron todo de aquella mujer, sintiendo como su polla quería ser liberada en aquel preciso momento.
—¿Disfrutando de la vista?.— dijo con descaro la mujer. Aquella loba, era una hermosa desterrada, que por alguna razón que Sam no sabía se encontraba en aquel lugar. Caminó sensualmente hasta el pelirrojo. Cuando estuvo frente a él, paso con descaro sus manos por aquel torso cubierto por aquella camiseta que le impedía tocar su piel. —¿ Qué desea este Alpha de mi?.— susurró en el oído del hombre, que con brusquedad la tomo de las nalgas desnudas, apretandola con fuerza, sacando un quejido de los labios de la mujer.
—¡Quiero que te gires, afirmes tus manos en aquel árbol y te dejes follar!.— una sonrisa se dibujó en el rostro de la loba desterrada, caminó hasta el árbol que Sam le había dicho, afirmó sus manos y elevó su culo para dejarse penetrar por aquel enorme falo, que había visto como se marcaba con fuerza en aquellos pantalones.
Sam se bajó el cierre de su pantalón y saco su enorme polla, abrió un poco más las piernas de la mujer y se hundió de una sola estocada en el coño húmedo de la rubia. Apretó con fuerza sus dientes, deseaba como un loco tener sexo, sentir satisfacción, se movía con desesperó entrenado y saliendo, tomó con sus dos manos las nalgas de la loba, separandolas para tener una mejor vista de su enorme falo hundido en aquel interior. Los gritos de la mujer se escuchaban en aquel bosque, un gruñido salió de la garganta de Sam, al no poder llegar al nivel máximo de su excitación. Tomó en puño el cabello de la mujer, hundiéndose con más fuerza, provocando en la mujer un ardor en su vagina, los jugos de excitación bajaban por las piernas femeninas, su cuerpo convulsionaba. La punta de la polla de Sam estaba a punto de explotar, salió del interior de la mujer, la giró y la hizo caer de rodillas frente a él, masturbo su enorme polla, dejando así el rostro de la mujer bañado en su líquido blanquecino.El pelirrojo mordió sus labios con intensidad, hizo su cabeza hacía atrás, intentaba sentir satisfacción, si bien había derramado su semen, seguía sin sentirse pleno a la hora de tener sexo y eso le molestaba. Algo le estaba sucediendo y no comprendía que era, solo sabía que hacía una semana algo lo estaba atormentando.
ESTÁS LEYENDO
TORMENTA Y PODER
FantasyOscuro, frío, sanguinario, con un corazón de hielo. Quitando del medio a quien sea. Sin importar dejar una estela de sangre a su paso. Sam Walton Alpha de la Manada Sork no cree en los vínculos que la diosa forja con los compañeros, negado al amor y...