Sam regresaba a la mansión luego de haber intentado satisfacer sus necesidades sexuales, no comprendía porque se sentía así, siempre disfrutaba y las mujeres con las que compartía sexo lo dejaban con una buena sensación de satisfacción.
Ingresó a la habitación que ocuparía en aquella mansión, caminó hasta el baño, abrió la lluvia artificial, para luego desnudarse y meterse bajo el agua. Dejando ir aquella suciedad y aroma de la mujer con la que había follado. De un momento a otro se sintió asqueado de el mismo, de haber metido su polla en aquel coño, las palabras que siempre le decía su madre vinieron a su mente -te vas arrepentir de haber ensuciado tu alma y tu esencia cuando llegue tu compañera.-—¿Pero que coño?.— rugió con rabia, cerro las llaves de agua, rodeó su cintura con una toalla y salió del cuarto de baño. Dejandose caer en la cama, cerro sus ojos, no quería pensar más. Solo estaba en aquel lugar para recuperar a su hermana. Eso era todo lo que debía importar. Pensar en las palabras de su madre y en qué sus últimas folladas eran un fracaso no debía tomarle importancia.
*Levanta tu culo y ve por mi Luna* Drake, no dejaba de joder sus pensamientos, desde que habían pisado las tierras de aquella manada, su lobo estaba más alterado, ignoro la petición, pero un rugido en su mente, lo hizo abrir sus ojos y sentarse en la cama de inmediato *¡LEVANTA TU CULO, MALDITO GILIPOLLAS!* Sam se coloco unos pantalones de pijama y salió caminando por el largo pasillo , llegando a la segunda escalera que lo llevaría a la tercer planta, subió y encontró un largo pasillo con más habitaciones, al final de aquel pasillo vio a dos hombres custodiar la puerta.
(****)
Narra Sam:
Intento controlar a Drake, su furia la siento correr por mis venas. Un muy suave aroma a jazmín llega a mi, provocando que mi pulso se aceleré. *¡Mata a esos bastardos!* mis manos comienzan a convertirse en garras, algo está enfureciendo a Drake y a mí, solo veo a esos dos lobos, no se de dónde proviene aquel aroma que de una u otra manera me está enloqueciendo.
Las puertas de aquella habitación se abren y veo salir a la bruja, sus manos están algo manchadas de sangre, aquello llama demasiado mi atención. ¿A quién tienen ahí adentro?. Salgo de mi escondite y comienzó a caminar hasta aquella habitación, mis pies descalzos sienten el frío del piso, pero mi sangre está hirviendo de rabia.— Alpha, no puede estar en este piso.— me dice el castaño.
—¿Qué tienen ahí adentro?.— cuestionó, ignorando sus palabras, a mí nadie me dice donde puedo o no puedo estar . Se miran entre ellos, sin decir una sola palabra, malditos cobardes. —¡Hablen por un carajo!.— les exijo.
— Es un prisionero, usted no puede estar aquí.— vuelven a repetir. Los miro fijamente, no les creo una mierda y que no me dejen saber a quien tienen en aquel lugar llama más mi atención. Me voy sin decirles nada, escuchando los reproches de Drake, pero antes de actuar debo hablar con el imbécil de Ethan.
Mi mente crea más de un escenario, pensando que quizás sea Shadai la que esté en aquel lugar. Pero no percibo su aroma.
Freno con brusquedad mis pasos al recordar lo que mencionó Ethan, dijo que tenía en una de las habitaciones a esa mujer...—Liz..— susurro aquel nombre, que no dejó de retumbar en mi mente desde que salió de la boca de aquel gilipollas.
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TORMENTA Y PODER
FantasyOscuro, frío, sanguinario, con un corazón de hielo. Quitando del medio a quien sea. Sin importar dejar una estela de sangre a su paso. Sam Walton Alpha de la Manada Sork no cree en los vínculos que la diosa forja con los compañeros, negado al amor y...