Guerra Guerra

Capítulo 5

Oficialmente el Chapulín 00 entró en servicio el mero 15 de septiembre pero volamos hasta el 17 como parte de una misión de reabastecimiento al ARM Godínez que a su vez llevaría los suministros a la joya de la Marina. el ARM Benito Juárez, la famosa POLA.

Salimos a las 7 de la mañana de la BAM 1 con rumbo a Salinas Cruz en Oaxaca llegamos un poco antes de las 10:00 por algunos minutos de espera para aterrizar. Mi tripulación se conformaba por un piloto, es decir yo, un copiloto Damián Zamorano que recién se había graduado de la Escuela Militar de Aviación y era dos años más chico que yo, por último teníamos al señor Gerardo Chávez quien era ingeniero de vuelo y nos acompañaba en vuelos largos, de mantenimiento o de este caso, de prueba-inaugural.

Para Damián el equipo de seguridad no era nuevo pero para Gerardo y para mi si, más que nada porque el señor Gerardo estaba en la aviación civil y es muy diferente, estuvo trabajando en Aeroméxico por 18 años hasta que solicitaron personal, por algo que me dijo una vez lo mandaron a mi humilde nave porque dijo un comentario engreído sobre el Coronel Jiménez, quien era el encargado de los trámites de personal civil que ingresaba al servicio en la FAM. Damián pues estaba ahí porque no alcanzó lugar en el escuadrón 302 que tenia a los C-130 y lo C-27 así que fue lo que le tocó, pero a poco poco le tomó cariño a "Chapu", total el 302 recibió 10 Chapulines nuevos antes de que se formará un escuadrón de puros Chapulines, creo que fue el 340 y tenia esa denominación. Los tres fuimos y regresamos "regañados" por la Capitán de Fragata Gina López que nos dijo que los suministros estaban incompletos porque los marinos solicitaron aparte de alimentos que fue lo que llevamos, municiones y equipo velico que llegaría más tarde pero creyeron que iban a llegar a la par.

Sentí extraño que al regreso nos hicieran pasar por un arco de agua, una tradición en la aviación, este acto fue un revuelo en las noticias porque nos presentaron los medios como si fuera la salvación, pero solitos se desanimaron cuando se anuncio que el Chapulín era mas pequeño y aun recuerdo esa pagina de periódico que decía:

"FRAUDE DE SEDENA"
La Fuerza Aérea Mexicana presentó al chapulín y se hizo grillo.

Entonces bajo la opinión pública yo tengo al único Chapulín y los demás son Grillos pero ambos tenían su encanto.

En ese entonces no estábamos encuadrados en algún grupo aéreo, solo existíamos y nuestra escarapela en el uniforme solo se limitaba a ser el triangulo de la FAM, la bandera y nuestros nombres, nos faltaba la del escuadrón y nuestro avión. Solo por ese pequeño detalle el escuadrón 302 nos veía feo de que usáramos su Escalón de Mantenimiento y a veces su hangar pero nuestras misiones eran cada dos días y no duramos más de un día y medio afuera. Pero nunca olvidare cuando la primera vez estuve en la línea de fuego.
El viernes 8 de noviembre por un problema de logística fuimos llamados a volar a Pátzcuaro justo en la zona del vértice de la defensa. Al llegar a las 11 de la mañana descansamos una media hora en lo que nos daban instrucciones, la idea sería que dejáramos caer las cajas con comida con el grupo de infantería ubicado en Apatzingán, pero el problema era que era riesgoso a que nos vieran los radares rusos por lo que iríamos a apenas 1200 metros de altura y aterrizaríamos en una pista de tierra muy improvisada y tendríamos 15 minutos para salir. Eso no pasó.
Al llegar vi como el campamento estaba afuera de la zona habitada, la pista estaba muy escondida y en el primer aproximado falle así que tuve que volver a intentarlo, eso fue bueno porque los pobladores llegaron corriendo e invadieron la pista, si hubiera sido exitoso el aterrizaje nos hubieran saqueado, tarde 15 minutos más en volverlo a intentar para que sea exitoso, los pobladores nos veían como Dios bajando del cielo. Las cajas con la comida medían 2 metros de ancho, 6 metros de largo y 2 metros de alto, venían muy surtidas y los cansados ​​soldados las defendían de los pobladores como si fuera más que las joyas de la corona. Cuando terminaron la descarga se rompió el cerco y los pobladores intentaron robar comida y también subir al avión, un intento de suicidio, la verdad fue aterrador estar en lo más cercano a un apocalipsis zombie, nos replegamos en el interior del avión y cerramos la rampa rápidamente mientras los pobladores corrían los 300 metros de separación entre la valla y el avión.
Adentro éramos 8 que oíamos como pegaban manos desesperadas gritando por ayuda. Suplicando una evacuación y después balazos repentinos, gritos ante las secas detonaciones por la radio nos indicaron que encendiéramos los motores, Don Gerardo se estaba arrepintiendo de haber venido cuando pudo haberse quedado en Pátzcuaro y notificaba al exterior que no podía hacer eso porque no había espacio. ni para despegar ni para dar vuelta, muy riesgoso. Tres minutos después toda la gente que suplicaba comida y transporte había corrido de regreso al pueblo y los infantes quitaban los cuerpos del camino para que pudiéramos despegar, lo que teníamos que hacer en 15 minutos duro 40 minutos, al despegar en la cabecera de la pista había un niño de 4 años tal vez. Parado frente al Chapulín que estaba listo para brincar, creo que con el tren de aterrizaje le volamos la cabeza.
Al regresar a Pátzcuaro, el lindo lago era lo único que me mantenía cuerdo porque había machas rojas en los neumáticos y huellas de manos a lo largo del fuselaje y sin querer nos trajimos a los 5 hombres que se quedaron encerrados con nosotros.
Ya eran poco más de las 3 de la tarde cuando nos dijeron que de regreso teníamos que irnos con cuerpos de gente que vivían en la Ciudad de México y el Estado de México, solo eran 60 ex personas que tenían entre 2 a 14 días de muertos , el olor fétido de Apatzingán era ahora mayor y lo teníamos que soportar de regreso hasta Santa Lucía. Nos encerramos en la cabina y volamos con una de las ventanas abiertas porque aun así el hedor era mucho, llegamos casi dando las 6 de la tarde y se me hizo muy raro que sabiendo que traíamos esa desagradable tarea nos harían entrar directamente al hangar del 302. , al estar en la calle de rodamiento iba siguiendo el eje para ingresar al hangar y se me hizo raro que no hubiera ningún avión y ninguna persona. Yo propuse que saliéramos por la escotilla de mantenimiento para no aguantar más ese olor y mis compañeros aceptaron, así que salimos y al estar en el techo del avión vimos que en el costado estaban todos los miembros del 302 "escondidos" detrás de la puerta con un poco de confeti y regalos.
-¿Que hacen ahí?- les grite.
Todos exclamaron desconcertados.
- Es que hoy fue su misión número 50- nos respondió Guzmán.
Aparte de que teníamos 50 misiones exitosas el 302 nos adopta como miembros, así que ya podíamos usar su rodela

y habían mando hacer una especial que decía
"C-30B" que era el nombre clave de nuestra unidad con la silueta de nuestro avión.
Cuando bajamos del techo inicio una celebración, pero yo no podía dejar de pensar en esa gente que fue balaceada por los suyos y el niño qué tal vez matamos y no había forma de que se salvara.
A la mañana siguiente todo el hangar amaneció mal oliente y se lavó de forma exhaustiva al "Chapu".