Capítulo 8

20 7 2
                                    

Con el campamento secuestrados inteligencia se dio cuenta de que había filtraciones sobre las líneas de defensa en Guanajuato y en Oaxaca, lo que se tomaron medidas extraordinarias, donde tras revisar algunos archivos ya me acordé.
El escuadrón 340 fue designado para labores de bombardeo como el 351, el 311 fue de carga y todos estos tenían Chapulines en su servicio, el ultimo nos acompañaron junto con el 301 a una misión de las más grandes que hubo en el conflicto.

Del 301 contábamos con siete unidades del C-296.De nuestra parte el 302 contábamos con seis Hércules ya que dos de ellos fueron destruidos, contábamos con cuatro C-27j spartan y tres Chapulines, el mío más los dos de repuesto por los C-130. El 311 disponía de 10 Chapulines nuevos. Las treinta unidades fueron llenas de paracaidistas que íbamos a dejar caer en Aguililla y en Infiernillo para ganar tiempo y tratar de ganar posición ente los campamentos centrales rusos.

Todas las tripulaciones nos reunimos y estudiamos el plan de vuelo, los detalles de la misión y la estructura del contingente. En un momento tendríamos cobertura de 20 Tejanos (tc-6) en caso de artillería antiaérea.

Yo me estaba recibiendo como teniente lo que hacia que se me exigiera más, aun así el día llego. Navidad fue escogido para tratar de tener una defensa baja de parte de los rusos. La calle de rodamiento en Santa Lucia estaba llena de los de carga, a la derecha de los aviones estaba la tripulación y a la izquierda todos los paracaidistas que abordarían, mientras estos inspeccionaban sus equipos. Cascos, fusiles, comida, mochila, paracaídas obviamente. Nosotros inspeccionábamos la nave. Niveles de aceite, combustible, piezas móviles bien sujetas estados de motor entre otras cosas, como era algo menos complicado que lo mucho de los paracaidistas tuvimos unos minutos antes de lo marcado. El 302,nos juntamos todos, 40 miembros de tripulación, unas 8 personas de administrativos y los mecánicos, 10 de ellos en los que se encontraba Agustín con sus lentes de soldador que nunca se quitaba mi responsable de mantenimiento, todos nos dimos un abrazo grupal y frases de motivación, la que más marcó y fue el lema de ahí entonces:

" Todos salimos y regresamos todos" 

Esto en honor de quienes ya no están con nosotros y hacernos consientes de que todos estamos expuestos y prácticamente es nuestra obligación volver a casa.
Faltaban unos tres minutos para iniciar operaciones y los motores ya estaban siendo encendidos, mi tripulación ya estaba lista en sus lugares, solo faltaba que yo apareciera.
Ahí estaba en la rampa cerrándola con el control de la misma, caminé por el pasillo entre dos filas de paracaidista, todos rudos, experimentados y unos pocos novatos.
- Hoy iremos al infierno, literalmente hablando- dije con mi paso marcado- todos sabemos lo cruel que pasa ahí abajo. Estar aquí arriba tampoco es garantía, tienen su trabajo y nosotros el nuestro, cumplan y lo más importante... vuelvan a casa.
Seguí y me instalé en mi asiento, las indicaciones ya estaban dadas y las unidades estaban empezando a avanzar para tomar vuelo.

Tras unos 20 minutos de vuelo llegó el comando de los paracaidistas y me empezó a reclamar que desmoralice a sus hombres.
- Usted no tiene porque referirse a mis hombres- me reclamó- limítese a llevarnos.
- Señor, ¿esta consiente de que hoy muchos no van a volver a casa?. No es justo lo que esta pasando- le respondí.
Siguió alegando y le dije que conocía mi avión y que podría fingir una avería y que regresaríamos sin que él pudiera hacer nada. Con eso bastó para calmarse. Continuó el vuelo y a unos cinco minutos antes de que saltaran les pude su himno. Oír ese lema "Del cielo a la misión". A todo pulmón era un distractor mental de lo que estaba pasando. Se abrió la rampa y empezaron a caer junto con los demás. Cuando termino la descarga empezamos a regresar en mi caso tendría que bajar en Pátzcuaro para recargar el combustible, pero había orden ser regresar en Uruapan y Los Reyes ya que como los municipios de Aguililla e Infiernillo están separado. El grupo aéreo de dividió en dos.

Cuando llegamos a Pátzcuaro no podía estar tranquilo por lo qué pasó la vez anterior que estuve ahí, llegó el comandante de los paracaidistas que supervisaba la operación en mi avión

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando llegamos a Pátzcuaro no podía estar tranquilo por lo qué pasó la vez anterior que estuve ahí, llegó el comandante de los paracaidistas que supervisaba la operación en mi avión.
- Tenia razón, cuando puso nuestro himno y verlos cantar con devoción... es miserable ver que han saltado a su muerte sin importarle.
Ese comentario me daba la satisfacción de que estábamos pensando igual aunque de enfoques diferentes.
El contingente aéreo regresó a Santa Lucía sin novedad. Al llegar la comida aguada del comedor era más reconfortante que la lata de atún que servían en Michoacán. Ya que decían que una lata en el frente tenía que ser compartida hasta por cuatro personas y ahí tuvimos la fortuna que cada miembro de la tripulación tuviera una lata para él solo.

Guerra GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora